Enclavado en la comarca de Valdejalón, Épila es un municipio que vive muy de cerca la realidad del sector cárnico. «La relación es muy estrecha, puesto que la ganadería, y todo el sector primario, es el ámbito más representativo de la economía local, además de haber sido tradicionalmente tierra de agricultores y ganaderos», afirma su alcalde, Jesús Bazán. Entre los vínculos que mantiene Épila con el sector cárnico scabe destacar su matadero municipal, pero hay más. "Realizamos inversiones en caminos, balsas y aprovechamientos de pastos, además de llevar a cabo una Feria Valdejalón Agrícola y Ganadera, que pone en valor todos los productos de la tierra", informa Bazán sobre un sector que, en la actualidad, está formado, en su mayoría, por empresas familiares.

Las ventajas con las que cuentan en Épila han logrado que estas empresas puedan crecer y abarquen todo el proceso sin salir de la localidad. "Crían su propia materia prima y realizan la trazabilidad hasta su comercialización en el mismo municipio», señala el primer edil, quien reconoce que «lo importante en este aspecto es la continuidad de este sector".

Carne como tradición, pero también como motor contra la despoblación. "El asentamiento de la población y la generación de riqueza en el municipio van muy unidas a esta actividad, puesto que la agricultura y la ganadería siempre han favorecido la permanencia y fijeza de la población en el territorio", reconoce.

Revulsivo para la zona

Teniendo en cuenta la tradición del sector agrolimentario del municipio, desde el Consistorio apostaron por la implantación de Bon Àrea ya que «supone un revulsivo muy importante para toda la zona puesto que creará 4.000 puestos de empleo directos más los indirectos». Todo ello sin olvidar otras áreas productivas. "Los planes de futuro vendrán de la mano del auge de actividades empresariales relacionadas, sobre todo, con el sector tecnológico y de servicios que dotarán con recursos al resto", pronostica Bazán.