La inmologística es el sector de la inmobiliaria que se encarga del alquiler y venta de almacenes, naves industriales y suelo industrial. Un ámbito en el que es fundamental dar un servicio rápido y eficaz y en el que la digitalización juega un papel clave. Prueba de ello es el caso de Eigo, empresa zaragozana especializada en este campo que en sus siete años de vida ha experimentado un notable crecimiento, convirtiéndose en una de las líderes del sector y contando con 160 empleados y proyectos en toda la geografía nacional.

La transformación digital del funcionamiento de la empresa –proceso en el que siguen inmersos– ha sido esencial para esta progresión. Uno de sus puntos más destacados es la automatización de sus procesos internos. "Tratamos de cuidar nuestro talento y a nuestra gente. Por ello, evitamos que hagan tareas repetitivas y que no aportan, canalizándolas y automatizándolas. Si yo tengo a alguien que tiene que controlar 100 presupuestos para una obra, con que meta los datos una vez es suficiente, y luego nuestro sistema digital pone toda la información en común", explica Luis Carlos Gállego, director de Informática de la compañía.

Eigo, que prevé para este año una facturación de 200 millones de euros, tramita cada mes más de mil facturas, un volumen de trabajo que genera una cantidad considerable de información. "El sistema gestiona aspectos como la entrada de los diferentes gremios, que se cumpla con las normas de seguridad o que los materiales sean sostenibles, y una parte de todo este trabajo es la automatización. Pero esta no funcionaría sin el resto, que son igualmente necesarias para la transformación digital", apunta Gállego.

A corto plazo, desde la compañía se marcan el reto de seguir profundizando en el desarrollo de una herramienta digital global, implantándola en el resto de sus áreas de actividad, también relativas al mundo de la construcción. Asimismo, se plantean analizar las posibilidades que puede permitirles la inteligencia artificial.

En cuanto al premio Aragón en la Red, el responsable de Eigo indica que les supone "un orgullo", tanto por recibirlo en su tierra como porque reconoce una labor en el que han invertido "tanto tiempo y esfuerzo".