joven talento investigador

"Se podría corregir la morfología del corazón y prevenir la enfermedad cardiovascular"

Julia Ramírez, ingeniera de telecomunicaciones, ha desarrollado un proyecto en el que se analiza la señal del electrocardiograma.

Alfonso Biel, presidente y consejero delegado de Sphere España, junto con la joven investigadora Julia Ramírez.
Alfonso Biel, presidente y consejero delegado de Sphere España, junto con la joven investigadora Julia Ramírez.
Aránzazu Navarro

Haber recibido el premio a Joven Talento Investigador supone para Julia Ramírez "reconocimiento y validación" a una trayectoria que, según sus propias palabras, "no es un camino fácil". Recuerda así que su vocación investigadora le obligó a mudarse a otro país durante cinco años para alcanzar sus objetivos profesionales en España y admite, con cierta resignación, que la inseguridad laboral siempre la ha acompañado. No obstante, asegura que hace lo que más le gusta y eso es lo que ha compensado siempre su esfuerzo y sacrificio.

Concretamente, esta ingeniera de Telecomunicaciones siempre mostró interés por el sector de la salud, lo que la llevó a desarrollar un proyecto en el que se analizaba la señal del electrocardiograma: "Los médicos no pueden detectar con esa prueba cuánto es el riesgo, por eso yo lo he traducido en un índice numérico con el que pueden medir el nivel de alarma y tomar sus decisiones", explica la joven, que se especializó en biomedicina durante el doctorado en la Universidad de Zaragoza.

Ramírez utilizó las matemáticas que había aprendido en ingeniería para extraer información sobre la morfología del latido e informar así de manera precisa sobre el riesgo cardiovascular.

La importancia de los genes

"Creo que lo que han valorado, sobre todo de este proyecto, ha sido su multidisciplinariedad", explica la galardonada, mientras aclara que durante su estancia en Londres pudo complementar sus estudios con el trabajo en genética y biología molecular que desempeñaba en el laboratorio. "Allí analicé si hay genes asociados con esos índices y, efectivamente, los hay que están involucrados en la función cardiaca, de manera que se pueden diseñar medicamentos que se dirijan a esos genes, corrijan la morfología del corazón y, por tanto, prevengan la enfermedad cardiovascular", completa Ramírez.

Este proyecto le ha valido numerosos reconocimientos a nivel académico e internacional y ahora sigue trabajando sobre el algoritmo matemático y sanitario desde el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza. Se muestra satisfecha por contar con un contrato de investigación Ramón y Cajal, que no podría haber conseguido sin su etapa internacional y que le proporciona cierta estabilidad laboral en los próximos años, además de poder volver a España con su familia y amigos, que era lo que pretendía cuando inició la carrera investigadora.

"Me gustaría poder decir que mi proyecto lo ha comprado una empresa para ponerlo en sus ‘wearables’ y ‘smartwatches’, pero ese es mi plan a corto y medio plazo, de momento, tengo que seguir trabajando en más validaciones para su aplicación", afirma Ramírez.

María Sancho

María Sancho: "Sin la colaboración multidisciplinar mi proyecto para tratar el cáncer no hubiera sido posible"

El trabajo multidisciplinar y la trayectoria internacional de la zaragozana María Sancho han recibido su reconocimiento con este accésit de los Premios Tercer Milenio. Así lo valora la propia investigadora, quien se encuentra actualmente en Italia y que, además de su trabajo en el campo de la nanotecnología destinado al tratamiento y diagnóstico del cáncer, destaca "la colaboración con médicos, bioquímicos, genetistas, biólogos moleculares y veterinarios, sin los cuales no hubiera sido posible avanzar en mi proyecto".
De este modo, Sancho ha conseguido crear nanomateriales con propiedades oncológicas obtenidos del oro, el paladio y ciertos metales que, irradiados con láser, absorben y transmiten un calor que permite matar a las células malignas. Esa selección inteligente es posible "gracias a la combinación de los nanomateriales con los exosomas, vesículas selectivas que genera nuestro propio cuerpo, de manera que cuando se encapsulan y llegan a un tejido sano se integran, pero cuando llega al tumor se rompen y se liberan", detalla.
Actualmente, desarrolla su proyecto en Milán con la profesora Luisa De Cola, utilizando las propiedades del sílice como novedad, aunque sigue colaborando con el grupo de Jesús Santamaría de la Universidad de Zaragoza, al que está profundamente agradecida.
Igualmente, la joven científica concluye que este tipo de reconocimientos son muy motivadores y espera que puedan animar a otros jóvenes a que se inicien en el ámbito la investigación.

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Beatriz Moya

Beatriz Moya: "Estoy centrada en el ámbito de la construcción y me he ofrecido a trabajar en el diseño de ciudades inteligentes"

Su inquietud por resolver problemas matemáticos es lo que ha llevado a Beatriz Moya a desarrollar una brillante trayectoria investigadora que ha sido distinguida en la presente edición de los galardones Tercer Milenio y que cuenta con un importante impacto internacional.
Concretamente, la joven zaragozana ha estado trabajando desde que inició su tesis doctoral en el desarrollo de gemelos digitales, es decir, aproximaciones matemáticas y virtuales de elementos de la realidad en el campo de los procesos industriales. Como novedad, su grupo de investigación introdujo los gemelos híbridos, que representan simulaciones con capacidad para aprender, como los robots o los drones. "Está dirigido a procesos de ingeniería en general, aunque yo ahora estoy trabajando en el ámbito de la construcción y me he ofrecido a centrarme en el diseño de ciudades inteligentes". Para eso, el próximo año irá a Singapur, donde permanecerá una temporada, aunque también le han concedido una beca Margarita Salas en París para continuar con su investigación. Al respecto, Moya afirma con entusiasmo: "Me gusta trabajar en ambientes multidisciplinares y multiculturales para aprender a tratar con mucha gente". Y continúa: "Sin la estancia internacional, el retorno en España sería complicado y me gustaría volver en un futuro". Finalmente, la galardonada destaca el "aliciente que supone este accésit porque se trabaja muy duro en la investigación y es preciso poder mostrar lo que se hace a la sociedad".

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