El ejercicio físico, la nutrición y la actividad cognitiva, claves para prevenir el Alzheimer

La Fundación Pasqual Maragall lleva 15 años promoviendo la investigación para prevenir el Alzheimer y ofreciendo apoyo a las familias afectadas en Aragón y todo el territorio nacional para divulgar información relevante sobre la enfermedad.

El Alzheimer es una enfermedad que, por el momento, no tiene cura, por lo que la prevención juega un papel crucial para retrasar la aparición de sus síntomas. Por este motivo, la Fundación Pasqual Maragall ha celebrado en CaixaForum Zaragoza una sesión divulgativa a cargo de la doctora Nina Gramunt, neuropsicóloga experta en formación y divulgación de la fundación, centrada en concienciar sobre la importancia de cuidar la salud cerebral a lo largo de toda la vida para prevenir enfermedades como el Alzheimer.

La doctora Gramunt ha comenzado la ponencia aportando el contexto de la enfermedad a nivel nacional, y es que actualmente, se estima que el Alzheimer y las enfermedades neurodegenerativas afectan a 900.000 personas, cifra que se traduce en una de cada diez de más de 65 años y un tercio de las de más de 85. Estas patologías son una de las causas principales de mortalidad, discapacidad y dependencia.

“Sabemos que cuando una persona presenta los primeros síntomas, su cerebro ya hace cerca de 20 años que experimenta cambios neuropatológicos. Se trata de una enfermedad con un origen multifactorial, compuesto por factores no modificables, como la edad o la genética y factores modificables, como los relacionados con el control del riesgo cardiovascular u otros ligados al estilo de vida, que contribuyen al desarrollo de la enfermedad. Solo el 1% de los casos es por causas puramente genéticas”, ha destacado la neuropsicóloga al hablar sobre el origen del Alzheimer.

Fundación Pasqual Maragall

Por este motivo, la experta ha hecho hincapié en la importancia de la prevención de la enfermedad, considerando tres niveles de prevención: primaria, secundaria y terciaria. “De la misma forma que existen diferentes fases de la enfermedad de Alzheimer atendiendo a los cambios neuropatológicos y la evolución de los síntomas, distinguimos distintas medidas de prevención para cada fase. En la prevención primaria, aquella que aplica a evitar la aparición de alteraciones neuropatológicas que puedan derivar en deterioro cognitivo, la vía fundamental para reducir el riesgo de padecer la enfermedad es a través del control de los factores de riesgo cardiovascular y la promoción de hábitos de vida saludables, como el ejercicio físico, una dieta equilibrada, actividad cognitiva y procurar un sueño reparador”, ha explicado la doctora Gramunt.

Investigación puntera para la prevención del Alzheimer

Del mismo modo, la experta ha detallado la importancia de la detección precoz y de la investigación puntera como elementos clave para la prevención secundaria y terciaria en la evolución de la enfermedad. En este punto, la doctora Gramunt ha destacado la labor del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y su cohorte Alfa, una de las muestras poblacionales más relevantes para la investigación del Alzheimer con más de 2.700 personas cognitivamente sanas que se someten voluntariamente a pruebas exhaustivas para ayudar a entender la evolución de la enfermedad e identificar los factores de riesgo que podrían iniciar en su desarrollo.

Del Estudio Alfa se alimentan diversos proyectos de investigación que se llevan a cabo en el BBRC, cuya labor se centra en la fase preclínica del Alzheimer, con el objetivo de detectar la enfermedad en sus etapas más tempranas y desarrollar programas de prevención que retrasen o frenen la aparición de los síntomas. La detección temprana de la enfermedad y los tratamientos iniciales en fase de prueba, que podrían ralentizar la progresión del Alzheimer, son elementos clave en este "cambio de paradigma" que genera optimismo entre los científicos con relación al futuro de la enfermedad.

El BBRC ha desempeñado un papel decisivo en el establecimiento de nuevos criterios de diagnóstico del Alzheimer, basados en el análisis de biomarcadores. Además, ha establecido una distinción entre la "identificación precoz", que implica explorar antes de que aparezcan señales, signos o síntomas de la patología, y la "detección temprana", que ocurre cuando ya se detectan algunos cambios sutiles y de percepción subjetiva.

El papel de las personas cuidadoras

En la sesión también se ha destacado el papel que tienen las personas cuidadoras para garantizar el máximo bienestar posible de quienes padecen la enfermedad. En 8 de cada 10 casos, este rol suele recaer en la familia, que dedican alrededor de 70 horas a la semana al cuidado de la persona con Alzheimer.

Ante esta situación, fomentar el autocuidado y la salud física y mental de los cuidadores es imprescindible para asegurar una atención adecuada a la persona con Alzheimer. Por este motivo, la Fundación Pasqual Maragall ha puesto en marcha grupos de apoyo a familiares cuidadores en Aragón mediante la iniciativa online “Aprende a cuidar y a cuidarte”, que ofrece recursos y herramientas para la gestión del día a día con una persona afectada por la enfermedad.

La entidad ha organizado más de 140 grupos de apoyo con más de 1.500 cuidadores en toda España con el objetivo de mejorar su bienestar emocional y calidad de vida. Puedes encontrar más información en www.fpmaragall.org