Coca-Cola reduce más del 45% sus emisiones de efecto invernadero en diez años

Según datos de la ONU, en 2050 seremos 9.700 millones de personas en el mundo. Por eso, ahora más que nunca la sostenibilidad es una responsabilidad de todos y de todas. La huella de carbono representa el volumen total de los gases efecto invernadero (GEI), que producen no solo las actividades económicas o las empresas, sino todas las actividades cotidianas del día a día. De hecho, incluso haciendo 'click' con el móvil, se genera una estela de gases que están sobrecalentando el planeta.

Por eso, Coca-Cola Europacific Partners trabaja desde hace tiempo en generar un movimiento a favor del cambio, con la sostenibilidad como aspecto prioritario, no solo en sus consumidores si no también en su compañía y colaboradores. Así pues, la compañía está inmersa en un plan de acción climática 'Actuamos sobre el clima ahora: objetivo CERO', que tiene como objetivo alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2040.

Frenar el calentamiento global y el cambio climático es una de las claves de la compañía y de momento, ya han conseguido reducir casi la mitad (el 45%) de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) en toda su cadena de valor en España.

En este trayecto hacia “el cero”, Coca-Cola ha decidido elegir la manera más exigente y reducir sus propias emisiones en toda la cadena de valor antes de compensarlas. Así lo explica Fernando Anel, Jefe de Comunicación Región Noreste de Coca-Cola Europacific Partners, "podríamos conseguir ser neutros en carbono compensando, pero hemos elegido centrarnos primero en reducir nuestras emisiones todo lo posible, desde los ingredientes que obtenemos, pasando por los envases que usamos hasta las bebidas que vendemos. Cuando no podamos reducir más, optaremos por proyectos validados para eliminar las emisiones de GEI de la atmósfera”.

Coca-Cola

El plan de acción climática de Coca-Cola para Europa Occidental plantea también una nueva y más inmediata meta: reducir en un 30% las emisiones GEI en su cadena de valor para 2030 en comparación con el año 2019. Convencida de que proteger el futuro del planeta no es solo imprescindible sino también urgente y de que es necesario convertir las palabras en acciones, seguirá disminuyendo sus emisiones en cinco áreas prioritarias: envases, ingredientes, operaciones, equipos de frío y transporte.

Principios clave

A la hora de abordar los objetivos que se ha marcado, Coca-Cola cuenta con cinco principios clave que guían sus esfuerzos. Por una parte, “asumimos la responsabilidad y manifestamos nuestro firme compromiso de reducir las emisiones en toda nuestra cadena de valor”, explica Fernando Anel. Además, involucran y movilizan a sus proveedores para que tomen medidas climáticas, trabajando estrechamente con ellos para reducir las emisiones. El tercer punto clave es compensar solo donde sea esencial. “Reduciremos las emisiones en la medida de lo posible. Cuando no podamos reducir más las emisiones, invertiremos en mecanismos que eliminen el carbono de la atmósfera o en proyectos de compensación de carbono verificados, para ayudarnos a alcanzar nuestro objetivo de ser neutros en carbono”, añade Anel. Algunos de estos proyectos podrán servir como soluciones temporales mientras se identifican otras oportunidades de reducción.

Además, Coca-Cola apuesta por la transparencia y por continuar divulgando información sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de su cadena de valor y los riesgos climáticos a los que se enfrentan. Y por último, comunicar para implicar. Como empresa relevante en su sector, ejercer el liderazgo también en comunicación servirá para acelerar la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono y para lograr los cambios necesarios en todas nuestras economías.

Envases PET y su vida circular

En Coca-Cola, el 100% de las botellas de PET medio litro y 50 %, del resto del portfolio son de rPET, es decir, de material reciclado. El ciclo es el siguiente: el PET depositado en el contenedor amarillo se traslada a una planta de tratamiento de residuos donde se trituran y se convierten en escama. Después, esa escama se convierte en granza, que es el material con el que se fabrican las preformas, para después volver a ser futuras botellas de rPET.

Así, el uso total de plástico reciclado con los envases de 500ml supone la reducción de 4.174 toneladas de CO2 en Iberia y un ahorro de hasta 6.000 toneladas al año de plástico virgen.