Heraldo del Campo

GENTE DE LA TIERRA

La ejeana que produce miel en un aula de la naturaleza

Ángela García está al frente de Apícola Cinco Villas, empresa fundada por sus padres en 1985 donde se difunde todo lo que rodea a la apicultura.

Ángela García, en la sede de la empresa Apícola Cinco Villas.
Ángela García, en la sede de la empresa Apícola Cinco Villas.
A. C. V.

Un ‘hobby’. Eso fue lo que llevó a los ejeanos Carlos García y Charo Labena a dedicarse a la apicultura, una labor en la que les había introducido un vecino de la comarca y en la que empezaron a trabajar con dos colmenas. Con el tiempo, fueron progresando poco a poco hasta crear, en 1985, Apícola Cinco Villas, empresa familiar con la que alcanzaron una profesionalización que les permitió crecer notablemente, centrándose en los ejes de la educación, la calidad y la sostenibilidad.

Desde 2019 y tras haber aprendido la profesión durante años con sus padres, su hija Ángela García está al frente del negocio. "Siempre estuve vinculada a la compañía. Cursé estudios relacionados con la educación ambiental y el ámbito forestal y, tras valorar diversas opciones, me decidí por seguir los pasos de mis padres", explica la apicultora, que trabaja en la cría y los cuidados de las abejas en las colmenas y también se encarga del envasado y la comercialización de miel y derivados apícolas, llevando a cabo todo el proceso junto a los otros dos trabajadores que integran la empresa.

Ángela hace un balance muy positivo de las casi cuatro décadas de trayectoria de la compañía, en la que destaca la apuesta por la diversificación que se hizo desde los inicios. "Hay otros comercios que no transforman el producto, pero nosotros quisimos priorizar esa diversificación y, por eso, también dimos importancia a las visitas escolares, a la educación ambiental y a casi todo lo que se puede hacer en torno a la apicultura. Después, mi aportación ha sido la de modernizar la empresa: la imagen de marca, que estaba obsoleta, la venta ‘online’… Pero siempre siguiendo con los valores que mis padres asentaron", apunta.

Un ejemplo claro de ese espíritu sensibilizador es su aula viva, una escuela apícola en la que trabajan para concienciar a las futuras generaciones y al público general sobre la importancia que las abejas tienen para la sociedad. "Ahora no podemos dedicarle todas las horas que nos gustaría, porque el resto de tareas nos quitan mucho tiempo, pero seguimos organizando visitas guiadas para quienes nos lo piden: grupos, colegios, asociaciones… Les enseñamos aspectos como el proceso de extracción de miel y otros detalles de la apicultura en los que intentamos mezclar naturaleza y diversión. Es un mundo tan desconocido que genera mucho interés en la gente", afirma la profesional.

La empresa cuenta con productos como la miel de romero cremosa y mieles marinadas con alimentos como jengibre, canela, limón o cacao.
La empresa cuenta con productos como la miel de romero cremosa y mieles marinadas con alimentos como jengibre, canela, limón o cacao.
A. C. V.

Con premios en su haber como el Aragón Alimentos o el de Mejor Miel de Aragón de la Feria de la Primavera de Biescas, la empresa se caracteriza por tener un producto de alta calidad y muy diferenciado de la competencia, que cuenta en su catálogo con ejemplos como la miel de romero cremosa; mieles marinadas con alimentos como jengibre, canela, limón o cacao; o el ‘apiplus’, muy popular entre su clientela y compuesto por todos los elementos de la colmena (miel, polen, jalea real y propóleo).

También venden otro tipo de artículos hechos a base de estos componentes, como pomadas y ungüentos, caramelos artesanos, hidromiel, orujo, vinagre, velas, protector labial, gel de baño o crema de manos. Todos ellos se comercializan bajo su marca ‘Miel del Prepirineo’ y pueden encontrarse tanto en su tienda física de Ejea de los Caballeros como en su web (www.apicolacincovillas.com).

Una actividad clave

De su día a día, Ángela destaca la trascendencia que tiene una actividad clave para el entorno. "La miel está muy rica, pero lo que hacemos para el medio ambiente, cuidando a las abejas y favoreciendo sus labores de polinización, fijando con todo ello población en el medio rural y creando empleo, es algo fundamental para el planeta", manifiesta. Asimismo, destaca el valor del ecosistema vivo que mantienen a través de la apicultura y su apuesta por la soberanía alimentaria, pues "creamos nuestro producto aquí y se vende aquí, de forma que el ciclo de economía se cierra en el territorio y no necesitamos a nadie de fuera". 

Sin embargo, se encuentra con varias dificultades a la hora de sacar adelante su negocio, como la competencia desleal. "La normativa que publicó el Gobierno de Aragón para los pequeños productores de miel permite que estos puedan vender sin pasar por controles sanitarios, sin exigencias y con precios mucho más baratos. En cambio, nosotros tenemos que superar unos requisitos tanto sanitarios como fiscales; así que lo justo sería que fuese igual para todos", sostiene.

Además, pide más ayudas para un sector que considera que a menudo es olvidado: "No existimos, directamente. Necesitamos más apoyo institucional. Se lo llevan la agricultura o la ganadería, pero la cuestión es que nosotros también somos ganadería, aunque no se nos considere como tal. Todos los cultivos de los que nos alimentamos están polinizados por abejas, de forma que sin ellas el fruto no saldría. Pero eso es algo que ni las administraciones ni los agricultores ven", concluye Ángela García.

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