LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

David Lozano gana el Gran Angular con una novela sobre el crimen, el error y la culpa

El escritor, que ya había logrado el galardón en 2006, aborda un trágico suceso que leyó en un periódico en su narración de jóvenes: 'Intruso'

David Lozano había ganado el premio Gran Angular en 2006 con 'Donde surgen las sombras', y repite ahora, casi veinte años después, con 'Intruso'.
David Lozano había ganado el premio Gran Angular en 2006 con 'Donde surgen las sombras', y repite ahora, casi veinte años después, con 'Intruso'.
Guillermo Mestre.

ZARAGOZA. Tras su paso por la gestión cultural en el Ayuntamiento de Zaragoza, David Lozano regresa a la literatura por la puerta grande: vuelve a ganar el premio Gran Angular (lo había logrado en 2006 con ‘Donde surgen las sombras’), del sello SM, dotado con 35.000 euros, con la novela ‘Intruso’, que explora esos laberintos sombríos de la existencia -el mal, la culpa, el crimen, el aciago destino o el error- que tanto le han interesado desde siempre, así como la narrativa de suspense.

Compuesto por las escritoras Nuria Labari y Belén Gopegui, la profesora Gemma Lluch y tres representantes de SM, Juan Carlos Febrero, Berta Márquez y Carolina Pérez, el jurado ha destacado de ‘Intruso’ “la originalidad del enfoque, la calidad literaria y la agilidad narrativa. Por presentar un escenario complejo y transformador, con una voz protagonista que conecta con el lector potencial, construyendo un mundo de ficción que interpela a los adolescentes de tú a tú, sin condescendencia. Su lectura no te deja indiferente; revuelve y te arrastra a posicionarte y compartir puntos de vista. Suscita reflexión y debate. Crea un mundo de ficción del que no sales indemne".

El argumento aborda la complejo relación de Dani e Iván en una situación un tanto límite. A Dani le gusta fisgonear perfiles de gentes fallecidas. Y le interesan las muertes cuando son impactantes e injustas. Una que le atrapa es del adolescente Joel, que fue asesinado por su amigo y compañeros de clase Iván. Este ingresará en el centro de menores donde Dani está interno. Por el hecho de ser un veterano de buena conducta, a Dani le encargarán una incómoda tarea que le lleva a cuestionarse un montón de cosas: tiene que recibir y acoger al recién llegado en su proceso de adaptación. De la relación entre ambos, de partida, saltan chispas; la evolución de la novela tiende a la complejidad y a la gavilla de matices y equívocos. Y, a la vez, se plantea una incógnita: ¿todo sucedió como parece?

David Lozano dice que llevaba tiempo trabajando en esta novela, que aceleró la pandemia, y que está basada en un hecho real que leyó en los periódicos; tras reflexionar mucho y buscar una perspectiva eligió la segunda persona, donde el narrador se dirige al joven muerto. "Los escenarios son reales y la propia muerte que sirve de detonante se inspira en un trágico suceso que conocí por la prensa hace años. Otros ingredientes, como la homofobia, siguen por desgracia estando presentes", apunta. 

La novela aborda otros asuntos: la fragilidad de los jóvenes, el desamparo, el espejismo de la verdad, la precariedad y esa incapacidad para encontrar un lugar en el mundo: "El ámbito de los delitos cometidos por menores es duro y, sobre todo, triste, porque en cuanto investigas un poco te das cuenta de que, en la mayor parte de los casos, se trata de situaciones de desamparo que el menor no ha elegido y que lo condenan a una vida mucho más difícil. ‘Intruso’ es una novela de segundas oportunidades, un alegato contra todo tipo de acoso, y el deseo de justicia y reparación está presente en cada una de las páginas", explica David Lozano.

“‘Intruso’ es un alegato contra todo tipo de acoso. Nadie, en ningún contexto, debería verse obligado a soportar un trato vejatorio y nadie debería guardar silencio ante hechos así. Callar te hace cómplice".

Como había ocurrido con otras ficciones suyas, Lozano consultó con especialistas y visitó un centro de jóvenes como el que describe. Y es consciente que ha escrito una novela sobre el mal: “¿Cometer un error, por graves que sean sus consecuencias, nos convierte en malas personas?, me pregunto. ¿Cabe el perdón cuando la persona está dispuesta a asumir la responsabilidad de lo hecho si no hubo intención de provocar tanto daño, o uno debe arrastrar toda la vida la culpa y la condena por lo que hizo? ¿Cabe la redención?”. Esas cuestiones son la materia central de la evolución del argumento.

Otro asunto capital, junto a la falta de oportunidades, la violencia y la salud mental, son las novatadas, eso que ya parecía superado. “‘Intruso’ es un alegato contra todo tipo de acoso. Nadie, en ningún contexto, debería verse obligado a soportar un trato vejatorio y nadie debería guardar silencio ante hechos así. Callar te hace cómplice. Quizá lo más espectacular, lo más visible, sea siempre lo físico (las agresiones), pero, a menudo, el sufrimiento interior que provoca una humillación, por ejemplo, puede ser mucho más doloroso para la víctima”, insiste el autor zaragozano.

Quizá por ello, en medio del dolor, de la incomprensión, el autor abre caminos de redención en el porvenir: “Todos necesitamos atisbar que hay luz al final del camino. La esperanza es el motor que nos mueve”. El relato, de 216 páginas, también se apoya en un trasfondo mitológico: el relato de Endimión, aquel personaje que tanto sedujo al poeta romántico John Keats, la unión del amor humano con la divinidad: “La historia de Endimión oculta una leyenda que tú escogiste con toda la intención, Joel, por unos ingredientes que, quizá, hablan secretamente de ti: el destierro, la soledad, tal vez la ambición o el sueño de vivir un amor imposible”, le escribe Dani al muerto.

“La historia de Endimión oculta una leyenda que tú escogiste con toda la intención, Joel, por unos ingredientes que, quizá, hablan secretamente de ti: el destierro, la soledad, tal vez la ambición o el sueño de vivir un amor imposible”, le escribe Dani al muerto, Joel.
David Lozano, hace unos días, en la plaza de San Francisco.
David Lozano, hace unos días, en la plaza de San Francisco.
A. C./Heraldo.

Por otra parte, Pedro Caldas logró el premio de El Barco de Vapor con su novela ‘La leyenda del samurái y la mariposa azul’, de la que el jurado (en el cual ha estado la zaragozana Begoña Oro) dijo que era “un soplo de aire fresco en la literatura infantil y juvenil actual, que descubre a los lectores la atenta belleza de la inteligencia combinada con el humor, y porque es una novela de aventuras hiladas con ironía y delicadeza japonesa, en la que no sobra ni falta una pieza”.

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