aragón es extraordinario

Hornear es amar: así ocurre en Almuniente

En Monesma e Hijos llevan medio siglo alegrando el olfato y el gusto del pueblo (y de media Comunidad) con su pan y repostería

Acercarse al obrador desde la calle a primera hora ya supone una experiencia sensorial de primera; el olor del pan recién horneado, al que siguen luego los productos de repostería. Desde hace medio siglo, estos aromas tienen apellido en Almuniente: Monesma.

Javier Monesma es la segunda generación de la firma Ignacio Monesma e Hijos, que consta de obrador y venta de pan y repostería, además de productos de primera necesidad en la pequeña tienda con la que cuentan en Almuniente. “Ahora llevamos el negocio mi hermano Alberto, mi madre Encarna y yo; mi padre ya está retirado, aunque fueron mi madre y él quienes fundaron el negocio en 1969. Por cierto, normalmente los clientes llaman Almuniente al negocio, nos identifican con el pueblo”.

Javier está orgulloso de los resultados derivados del esfuerzo familiar, y también del alcance de sus productos. “La verdad es que desde Almuniente cubrimos bastante territorio, aunque las ventas van parejas a la gente que hay, son las que son. Hay que moverse aún más que antes, llegar desde el Pirineo hasta Zaragoza. Tenemos dos distribuidores, Somontano y Dosipan, que nos permiten llegar un poco más lejos en las direcciones norte y sur, además de lo que llevamos desde aquí. Trabajan con nosotros 10 personas entre todas las áreas, con dos turnos, y mantenemos tiendas propias en Huesca y Grañén además de la del pueblo; además, tenemos nuestra furgoneta-tienda, que reparte por los pueblos; surte a muchos sitios que no tienen este servicio. En los días del confinamiento por la pandemia tuvo mucho impacto y estamos realmente orgullosos de ello”.

Los productos más demandados

Aunque cada zona tiene sus preferencias, hay coincidencia en todos los destinos acerca de la torta de cazuela y torta zorra. Sí, zorra; tiene una explicación. “Esa torta es la de anís, la acepción va por emborrachada, por lo de enzorrarse –sonríe Javier– pero solo achispa por el sabor, claro, el alcohol se evapora todo en el horno. También funcionan muy bien los empanadicos de calabaza, tradición oscense que gusta mucho en Zaragoza, y los farinosos. Por cierto, que hemos sacado unos nuevos de crema, y desde hace apenas un mes tenemos farinoso de chicharrones, ya que nos surten de ellos todo el año. Es muy finito, comes más chicharro que en la torta, que también la hacemos; además, es dulce-salado, tiene un sabor muy interesante. Llevé muestras a los distribuidores y las tiendas hace unas semanas, y ya han repetido”.

San Agustín es el santo patrón del pueblo: hay procesión y vermú en el bar a finales de agosto, y todo el pueblo colabora con las viandas. Lógicamente, los Monesma hacen su aporte. “Un día de las fiestas me encargo yo de llevar la cena –explica Javier– y luego la compartimos todos, aunque a nosotros no nos queda mucho tiempo para salir de noche, ya sabes que este negocio no tiene días de descanso. Solo cerramos dos días al año, los de Navidad y Año Nuevo". Los madrugones son religión en el gremio. El premio para los clientes, que sale de Almuniente a diario, es un compendio de productos que alegran los días grises con sabores de antaño.

Cortar y cocinar de maravilla el bacalao: un arte de lo más luso

Como ocurre en todo pueblo pequeño, el bar es capital para el día a día. Almuniente no es una excepción; la gerencia del centro social cambió de manos recientemente y ahora lo lleva Katia Marques, portuguesa de Bragança, al norte del país vecino; está a apenas 20 kilómetros de la frontera española, y a menos de una hora en coche de la ciudad de Zamora. Esta pequeña urbe, de 25.000 habitantes, es singular; tiene un museo militar que cuenta la historia de su castillo, construido por Juan I, y desde el que se pueden admirar las montañas que circundan la ciudad. Además se cuenta allá con la Domus Municipalis, ejemplo de arquitectura civil románica único en Portugal.

Katia se ha hecho muy bien a un entorno bastante menos populoso. Lleva en Almuniente desde junio, cuando inauguró el bar. “Las cosas van bastante bien por ahora, a pesar de la situación sanitaria que vivimos; la gente acude, tanto del pueblo como de lugares cercanos. El bar sigue significando vida en el momento actual; debido a las restricciones hemos tenido que reinventarnos, así que pusimos una pequeña cubierta en la terraza para poder abrir los días de lluvia, y contamos con estufa de leña que trajo un vecino; además, la leña la traen los mismos clientes, que quieren ayudar y garantizarse que estarán calentitos”.

Katia no oculta su devoción por el pescado en la cocina, aunque ha sabido hacerse a los requerimientos locales. “El pescado el rey de nuestros platos, así que quise poner algo típico de mi país aquí, y les encantó; es una variación del bacalao ajoarriero que hacéis aquí, pero el nuestro lleva cebolla en vez de ajo, además de patata y aceituna negra. Se llama bacalao dorado en España y en mi país es el bacalhau à Brás, me dicen que es el favorito de Cristiano Ronaldo, pero seguro que gusta a gente de todos los equipos –sonríe– y también tenemos buenos bocadillos; lo que gusta almorzar aquí a la gente, como longaniza, el beicon y la papada. Los fines de semana solemos preparar almuerzos especiales, desde paletilla a parrilladas”.

El otro templo local, que se une en armonía al panadero y al social, es la iglesia barroca de San Agustín; data del siglo XVIII y fue restaurada en 1995. Es de planta de cruz latina y consta de una nave de dos tramos cubiertos con bóveda de cañón, y de un crucero con brazos cerrados, más cúpula con linterna central.

Frula

Dentro de Los Monegros, Frula (que pertenece administrativamente a Almuniente y está más poblada que la cabeza de municipio) fue el primer pueblo de colonización en sostener una población asentada, ya que hace algo más de seis décadas llegaron para quedarse casi 80 familias. Tiene una diferencia con respecto a otros pueblos cercanos; el ladrillo domina en las construcciones. Se trata de un pueblo con mucha vitalidad, dotado de los servicios mínimos; se incluyen colegio, escuela infantil y un amplio salón social, que además del servicio de cafetería alberga actos sociales y culturales.

Buenas vistas desde La Corona para dominar los tejados del pueblo

Almuniente no tiene un entorno paradisíaco, es tierra monegrina y llana, pero sí atesora un punto privilegiado para admirar el entorno en todo su esplendor, con los regadíos y los primeros atisbos de estepa. Javier Monesma es uno que se sube un rato a La Corona para oxigenar la mente y disfrutar del paisaje. “Lo bonito de venir a la Corona está en las grandes vistas de los alrededores desde sus dos puntas; además, en el verano tiene la ventaja de que están las piscinas al lado. Es un paseo muy corto, pero también se puede subir en coche sin problemas; a los hijos del pueblo que vuelven en las fiestas les encanta. De pequeños también íbamos mucho a jugar al río, pero desde que ya no hay ganados de aquí, se ha perdido el río como lugar de visita, está lleno de broza y ya no es tan agradable para pasear. Eso sí, la zona de los huertos es muy agradable para una caminata”.

ALMUNIENTE

Comarca. Los Monegros.

Cómo llegar. Desde Huesca, su capital de provincia, hay 24 kilómetros por la A-1212.

Iglesia de San José de Pignatelli. Situada en el centro de Frula, se levantó con la fundación del pueblo, allá por 1958; tiene nave de seis tramos, delimitados por arcos perpiaños de medio punto y cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos.

Las fiestas. En Almuniente se celebran especialmente el Lunes de Pascua y San Agustín a finales de agosto. En Frula, el 21 de mayo y el Pîlar.

El nombre. Almuniente proviene del término árabe Al Munyan, que significa las dos almunias o casas de campo con tierras.

Las antiguas escuelas. Gracias a una recuperación estructural, son de nuevo hábiles para diferentes usos.

Los graneros de los Duques de Solferino. En su día se encontraba a las afueras del pueblo un grupo edificado de tipología agrícola que se vinculaban a los Duques de Solferino. El bloque principal ya no existe: desapareció por derribo hace una década.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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