Preocupación por la intención de Industria de recortar el consumo del carbón nacional

El borrador del decreto que regula el sector para los próximos cuatro años reduce a la mitad la quema de mineral.

La máquinas extraen carbón en la mina de Samca en Ariño.
La máquinas extraen carbón en la mina de Samca en Ariño.
Antonio garcía./Bykofoto

El sector minero aragonés ha mostrado su preocupación ante la intención del Ministerio de Industria de reducir casi a la mitad a partir de este año el consumo de carbón nacional por parte de las centrales térmicas. Esto es, al menos, lo que refleja el borrador de la orden ministerial sobre el nuevo esquema de ayudas económicas que manejan los sindicatos.


Según este documento, las explotaciones mineras únicamente podrían vender a las eléctricas 3,8 millones de toneladas de mineral frente a los 6 millones que recogía el decreto del carbón de 2014. Concretamente, se especifica que la cantidad de mineral autóctono que podrán consumir anualmente las centrales a partir de 2015 y hasta 2018 es la equivalente a 4,025 millones de termias PCS por megavatio instalado, una cifra muy inferior a lo previsto, a juicio de los sindicatos, quienes ya han comenzado a dar la voz de alarma antes de que salga adelante el decreto este mismo año.


El representante de Energía de CC. OO. Aragón, Carlos Guerrero, señaló que si bien todavía no es firme el documento, el borrador permite deducir "que la cantidad de carbón nacional que se va a poder quemar está por debajo de los compromisos adquiridos tras la firma del Decreto del Carbón en 2014, que ya se rubricó con retraso, por haber vencido a finales de 2013". Guerrero asegura que si se cumplen los malos augurios, se pondrá de manifiesto que el Gobierno "quiere liquidar el sector carbonífero de manera rápida, no llevar a cabo una reconversión pactada, de forma paulatina y menos traumática para las regiones mineras".


Los sindicatos sostienen que esta decisión, además de poner en riesgo los empleos de las explotaciones de carbón aragonesas, incidiría negativamente en el futuro abastecimiento de energía autóctona. "El carbón constituye una de las pocas fuentes de energía nacionales que tenemos, y pensamos que debe quedar lo suficiente para garantizar el suministro", explicaba Guerrero. "Es un recurso estratégico que genera energía sin depender de otros países que pondrían en riesgo el abastecimiento en caso de conflicto ni de las variaciones del mercado internacional", agregó.


Después de analizar el contenido del borrador de las orden ministerial, con la que se regularán las ayudas al sector, los sindicatos pretenden reunirse para tomar decisiones. "Ahora –explicaba Carlos Guerrero– queremos alertar y trasladar a la opinión pública el riesgo que entrañaría el contenido de ese borrador si no se rectifica".


El sindicalista puntualizó que hace un mes se reunió la comisión de seguimiento, integrada por representantes del Ministerio, sindicatos y patronal, una entidad que mantiene encuentros periódicos a petición de las partes. Guerrero asegura que el borrador que establece los incentivos al sector y al que ahora han tenido acceso, "no cumple las expectativas que nos trasladaron en esa última reunión".

Subvenciones

El borrador recoge, asimismo, el compromiso de las ayudas que recibirán las empresas eléctricas como contraprestación a la quema de carbón nacional y que estarán reguladas dependiendo de las unidades de potencia generadas. Así, se establece una retribución de 72.000 euros por megavatio, lo que equivale a unos 326 millones de euros para el conjunto de las centrales térmicas españolas.

Esta medida supondría, según los sindicatos, una reducción de casi la mitad de las cantidades asignadas en el decreto de 2014, que las cifraba entre 500 y 600 millones de euros.


Carlos Guerrero señaló, no obstante, que estos porcentajes podrían se susceptibles de variaciones. "Nos consta –indicó– que el borrador está sujeto a consulta con las principales empresas eléctricas del país".