Al toro ensogado, con traje de época
Cientos de personas corrieron al lado del astado, muchos de ellos ataviados a la usanza medieval
Fueron los toros ensogados más seguros de toda la historia, con 14 puntos de control e información y más de 30 voluntarios y tres patrullas policiales que controlaban el acceso a la plaza e impedían el paso a ancianos, niños y personas con problemas de movilidad.
"Por lo general, la gente se está comportando muy bien;respeta las normas y no se pone pesada si le decimos que no puede acceder", explicaba Óscar López, un voluntario apostado en la calle de San Juan. Aún así, pudo verse a jóvenes que se hacían selfis con el toro a sus espaldas y a algunas señoras con botas de tacón. De hecho, la Asociación de la Soga y la Baga, encargada de conducir los astados, tuvo que reprender a un chico empeñado en fotografiarse junto al toro.
El chubasco que cayó hacia el mediodía mojó el pavimento de la plaza y los toros, sobre todo el primero y el segundo, resbalaron bastante en sus carreras, lo que restó emoción a este acto taurino tradicional. También dos corredores expertos sufrieron sendas caídas por la humedad del suelo, si bien no precisaron de asistencia médica.
El presidente de la Asociación de la Soga y la Baga, Juanjo Martín, explicó que los toros, de la ganadería de Teodoro Adell, de Castellote, fueron de muy buena presencia y ofrecieron buenas carreras.