SALUD

Palomitas en el cine, un horror nutricional

Olvídense de Freddy Krueger o los zombies devoradores de humanos. Los verdaderos malos de la película hace tiempo que se han escapado de la gran pantalla y acechan en una inocente bolsa de palomitas de maíz convenientemente acompañada de su refresco favorito. Y es que los sobresaltos que nos pueden causar una buena cinta de terror son una suave caricia para el corazón comparado con el ataque al que sometemos a nuestro cuerpo cuando nos entregamos a ese hábito universal que no entiende una tarde de cine sin las consabidas palomitas.


Un amplio análisis del valor nutricional del popular aperitivo que venden miles de salas de las grandes cadenas de cines de Estados Unidos ha puesto sobre la mesa tal cantidad de calorías que ha sorprendido hasta los consumidores que creían estar llevándose a la boca un alimento relativamente saludable. Una bolsa mediana de palomitas y un refresco también mediano contiene nada menos que el equivalente calórico de tres hamburguesas tipo McDonals untadas con doce porciones de mantequilla.


Ante semejante revelación, algunos dirán que mucha gente se lo pensará dos veces a partir de ahora antes de pertrecharse de su ración de palomitas. Lo cierto es que la organización sin ánimo de lucro que ha hecho el estudio -el Centro para la Ciencia y el Interés Público-hizo un trabajo similar hace 15 años y, lejos de lograr una moderación del consumo, este se ha popularizado aún más hasta el punto de constituir un complemento tan lucrativo para la industria como las películas que proyectan en sus salas.


¿"Quién podría esperarse unas 1,500 calorías y una cantidad de grasa dañína para el corazón que, a lo sumo, habría que repartir en tres días?", se pregunta Jayne Hurley, la nutricionista responsable del trabajo. "Toda esa grasa saturada es la que contiene una barra de mantequilla de la que compramos en el supermercado". Y valor calórico del famoso 'combo' sería el de dos barras de mantequilla.


Aún compartiendo una porción pequeña de palomitas entre dos personas eso implicaría consumir el valor de un día de grasas saturadas, que son las que taponan las arterias y están vinculadas con la enfermedad cardíaca.


Otras de las paradojas que saca a la luz el estudio es que muchas personas que van al cine hacen bien en comprar palomitas de maíz en lugar de dulces y productos azucarados, que tienen una propaganda más negativa. "La realidad es que usted no estará adoptando una sabia decisión en ninguno de los dos casos", subrayó Hurley.


Los dos gigantes de la exhibición de películas en EE UU, Regal y AMC, han salido al paso del nuevo informe argumentando que ambas probaron alternativas más saludables tras los análisis similares realizados en 1994, pero no fueron bien recibidas por la mayoría del público. "Las palomitas de maíz y otros alimentos ligeros son vistos como un placer adicional y no como parte de una dieta habitual", dijo en defensa de estos productos el presidente y director de Regal, Greg Dunn.