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“Humanidades tiene difícil salida, pero ahora es todavía peor”

Inés Escudero, Victoria Ríos y Juan José Rueda comparten un perfil académico similar y la misma ilusión: encontrar un trabajo relacionado con Historia del Arte. Estos jóvenes acabaron la licenciatura y siguen dedicando su tiempo a estudiar el Doctorado.

Juan José Rueda, Inés Escudero y Victoria Ríos, durante el descanso del curso que realizan.
“Humanidades tiene difícil salida, pero ahora es todavía peor”
DIEGO GARCÍA

Inés Escudero, Victoria Ríos y Juan José Rueda comparten un perfil académico similar y la misma ilusión: encontrar un trabajo relacionado con Historia del Arte. Estos jóvenes acabaron la licenciatura y siguen dedicando su tiempo a estudiar el Doctorado.


Los tres han coincidido en “Creatividad como estrategia en la gestión cultural”, un curso del Inaem organizado, entre otros, por Universa. “Cuando sales de la Universidad estás muy perdido”, comenta Juan José Rueda. “Terminas la carrera y dices ¿y ahora qué?”, añade Inés Escudero. Muchos, como es el caso de Victoria Ríos, hacen el Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), para desarrollar la carrera docente. En principio no sería su intención dedicarse a la enseñanza pero “es una manera de no cerrarte ninguna puerta”.


Todos ellos ponen de manifiesto que si Historia del Arte, y Humanidades en general, ha tenido una difícil salida profesional, “ahora es todavía peor”. Con la crisis “está todo muy complicado”, dicen. Por eso, “hay que seguir formándote y dedicando tiempo y esfuerzo a ampliar tu currículum”. De hecho, Inés, Victoria y Juan José han decidido estudiar el Doctorado en la Universidad de Zaragoza, pero ninguno tiene una beca de investigación.


Hasta el momento, los tres han realizado trabajos temporales al mismo tiempo que continuaban con su formación. Han sido ocupaciones muy variadas, desde camarera o cuidadora de niños -que desempeñó Victoria- hasta ayudante de producción, en el caso de Juan José. Inés trabajó algunos meses como guía y encargada en la Fundación Goya en Aragón, donde pudo poner en práctica sus conocimientos teóricos.


Para Juan José es preciso estar activo: “Necesito trabajar y, si no encuentro de lo mío, me apunto a lo que sea”. Este oscense comparte piso con otros jóvenes en Zaragoza. “Hasta ahora podía permitirme pagar el alquiler y los gastos con lo que iba ganando, pero ahora me tienen que ayudar mis padres”. Inés vive con sus padres y Victoria, con su madre. Todos adelantan su intención de independizarse “pronto”. “No lo vemos como algo muy lejano”, destaca Escudero. Siempre puede haber trucos para no gastar demasiado dinero y subsistir con un sueldo no excesivamente alto: buscar un alquiler bajo, reducir la cesta de la compra, no tener demasiados caprichos… resumen.

Proceso de búsqueda


Juan José, Victoria e Inés consultan páginas de empleo en Internet, ofertas del Cipaj o puestos convocados para organismos oficiales. Escuder suele estar atenta a plazas o trabajos interesantes porque “me gustaría, de momento, buscar algo relacionado con mi formación”.


De hecho, “todavía no he empezado a lanzar mi currículum a diestro y siniestro porque aún no estoy desesperada”. Su principal meta, al igual que la de sus compañeros, es terminar el Doctorado que están realizando.


“Los licenciados -destaca Juan José-, y no solo los de Historia del Arte, estamos pasándolo mal”. Pero él no pierde la ilusión y envía de manera periódica su currículum a museos, centros de arte... “Quién sabe si hay alguna oportunidad”.


Estos tres jóvenes titulados son “optimistas de cara al futuro”. “¡Qué remedio nos queda!”, bromea Juan José. Victoria pone el énfasis en la importancia de tener una buena formación académica, imprescindible para optar luego a ayudas y becas. “Aunque el tener que sacar buenas notas no era algo que nos planteáramos en primero de carrera”.


Mientras esperan su oportunidad laboral siguen ocupados con las clases del curso al que asisten todas las mañanas. Su meta es conseguir un trabajo relacionado con la gestión cultural. Victoria Ríos, que ha trabajado en empleos esporádicos, pone de manifiesto que “me gustaría tener un puesto que me permita cierta libertad creativa y mantener el contacto con la gente”. Ninguno de ellos se pone límites: “Estaríamos dispuestos a irnos al fin del mundo”.