HERALDO ABIERTO

“En Hong Kong hay interés por el español”

Dos zaragozanas relatan su experiencia durante el verano. Elena Cuello ha trabajado en unos campamentos urbanos en Hong Kong y Teresa Marín ha colaborado en un hospital de Sierra Leona. Cada una ha podido vivir de cerca dos realidades muy diferentes.

Elena Cuello ha vuelto entusiasmada de Hong Kong, donde ha pasado dos meses trabajando en campamentos urbanos con niños de entre 6 y 9 años. Allí demostró su experiencia docente como profesora de inglés en el colegio Marianistas, en Zaragoza.


Viajó hasta China con YMCA (un club de tiempo libre con programas internacionales) para ser monitora de talleres: esgrima, rocódromo, patinaje sobre hielo, ‘Jungle Adventure’... Una hora al día se daba una clase de temas diversos: planetas, transporte... Además, también participó en un campamento de español. “Allí hay mucho interés por nuestra cultura e idioma. Los niños conocían a los equipos de fútbol y a Rafa Nadal”. Cada campamento (de una semana de duración) costaba en torno a los 250 euros.


El hotel en el que se desarrollaban, y donde ella estaba alojada, era “The Salisbury YMCA of Hong Kong”, de cuatro estrellas y situado en una de las zonas más exclusivas. “Me impactó que a algunos chicos los recogía el chófer”. “Como los campamentos costaban tanto dinero y había tanta oferta, no se dejaba ni un minuto de descanso. Había una actividad frenética”.


También le llamó la atención la alarma que existe por la gripe A: “Dos veces al día controlábamos la fiebre a los niños, debían extremar la higiene y se les recomendaba que no compartieran la comida. Algunos iban con mascarilla”.


En cuanto a la ciudad, Elena Cuello señala que “hay rascacielos de hasta 88 pisos y cada uno organiza por las tardes un espectáculo de iluminación”.

 

“La falta de medios en África es frustrante”

 

Teresa Marín, estudiante de 6º de Medicina, camina por las calles de Zaragoza y se acuerda de los chicos de Sierra Leona: de Martha, que perdió un brazo por una infección; de Ibrahim, un chico desnutrido; de Aiwa, que no puede comer porque tiene la boca ulcerada… Teresa, de 21 años, ha pasado el verano haciendo prácticas en el hospital Saint John of God, en Mabbensenh (Sierra Leona), con una beca de colaboración de la CAI.


Era la primera vez que viajaba como cooperante a un país en vías de desarrollo. “La experiencia ha sido muy dura y muy enriquecedora”, asegura. Ahora mira todo con otros ojos. Sierra Leona es el país con la tasa de mortalidad infantil más alta del mundo: uno de cada tres niños menores de cinco años muere. “La falta de medios es frustrante. Ves que con un poco más se podrían hacer tantas cosas”, comenta. “El oxígeno solo está disponible a unas horas: de 9 a 15 y de 19 a 2. Cuando la luz se apagaba, dejaba de funcionar al mismo tiempo la máquina de oxígeno a la que estaban conectados los niños. Algunos no aguantaban hasta la mañana siguiente”, cuenta.


Durante su estancia, ha pasado por las consultas de Maternidad, Pediatría, Medicina Interna y Cirugía. Ha ayudado en partos y ha asistido a operaciones. “En el hospital se tratan casos que en España solo vemos en los libros de medicina”, apunta. Ha vuelto impresionada e indignada con las injusticias: “La gente que no tiene dinero no puede ir al médico. Allí hay que pagar dos euros por cada consulta y cinco por cada día de hospitalización”, relata.