RECREACIÓN

Las lavadoras no son para Aguatón

Añoran su pasado, al que no consideran solo nostalgia sino cultura y riqueza. Los vecinos recrearon una colada de antaño.

Asunción Cardo -de azul- y otras mujeres, llenan de ropa el 'cocio', en el que se echará ceniza y agua. Así se blanqueaban las prendas.
Las lavadoras no son para Aguatón
JAVIER ESCRICHE

A primera vista parecía una barbacoa popular en una apacible mañana dominical de agosto. El fuego encendido calentaba un caldero y los asistentes se movían por la plaza de aquí para alla. Pero no. Los vecinos de Aguatón estaban recordando el pasado día 22 cómo se lavaba la ropa de los labradores allá por los años 30 y 40 del siglo pasado, una época en la que no había agua corriente en las casas, ni, por supuesto, lavadoras automáticas, y en lugar de pinzas de tender se empleaban piedras para sujetar la ropa a las soleadas rocas de los arroyos.


Asunción Cardo, lúcida a sus muy bien llevados 90 años, fue quien explicó los pormenores de un laborioso proceso que ahora nos parece pintoresco. Llegado el momento de la recreación, el agua que se había estado calentando en el fogón desde primera hora de la mañana, fue vertida en un gran 'cocio', un recipiente de cerámica en el que se habían colocado antes las ropas. Sobre ellas, un paño grueso o 'cernadero' y sobre este, ceniza, que hacía las veces de lejía. En la realidad no era tan sencillo: previamente, las prendas habían sido lavadas con jabón en casa -con agua de la fuente traída en cántaros- y aclaradas en el Regajo, dos riachuelos de Aguatón.


Los recuerdos se entremezclan con el relato en la mente de Asunción. "Antes había más personal en Aguatón. Teníamos una escuela mixta con chicos de los cuatro a los 16 años, luego nos fuimos cada uno por un lado", dijo. La vida era dura, pero Asunción deja claro que las penurias no tienen que ver con la cultura. "No he sido analfabeta. Aproveché el colegio y en mi casa no faltaron los periódicos; mi padre leía mucho".


En Aguatón viven en invierno de 10 a 12 personas y la localidad rara vez genera noticias. Pero a partir de julio, los veraneantes, más de 100 llegados de Zaragoza, Valencia y Barcelona, revolucionan el pueblo. Este año decidieron organizar una 'Colada de Antaño', y no solo por diversión, sino con el objetivo de potenciar el patrimonio oral y cultural de la zona.


Y es que, algo se mueve en Aguatón, aunque sea solo en verano. Según Sergio Fernández, presidente de la Asociación Cultural 'El Monolito', promotora de la 'Colada', este municipio fue hace 13 años el primero de la provincia que organizó una semana cultural en agosto, una práctica que muchos otros han seguido. Hace nueve años, también en agosto, protestaron todos a una por la mala cobertura de teléfono e internet.