TEMPORAL

Las fuertes lluvias provocan el caos en el País Vasco y Cantabria al desbordarse varios ríos

Un hombre contempla la ría del Nervión, a su paso por Bilbao, en plena crecida.
Las fuertes lluvias provocan el caos en el País Vasco y Cantabria al desbordarse varios ríos
MIGUEL TOÑA/EFE

Las fuertes lluvias caídas en las últimas horas en la cornisa cantábrica desbordaron ríos en varias comunidades del norte. Cantabria y el País Vasco se llevaron la peor parte y Bilbao vio cómo planeaba de nuevo la sombra de las gravísimas inundaciones que sufrió en 1983. Esta vez, sin embargo, las medidas preventivas funcionaron. La crecida de las aguas obligó a desalojar centros educativos, polideportivos y mercados y se cortaron carreteras. La rápida intervención de las instituciones al declarar el plan de emergencia amortiguó en parte las consecuencias de la adversa climatología.


Desde primera hora de la mañana las lluvias torrenciales de hasta 60 litros por metro cuadrado obligaron a las autoridades vascas a reunir la mesa de crisis presidida por el lendakari, Juan José Ibarretxe. Se declaró la alerta 1 en una escala de 3. El plan de emergencia alertó sobre la necesidad de alejarse de los cauces fluviales, no circular con vehículo privado por la red secundaria, retirar los coches de los márgenes de los ríos y desalojar bajos y garajes susceptibles de inundarse.


La situación más grave se dio en Vizcaya, donde 21 centros escolares de Bilbao y municipios cercanos suspendieron las clases.


El ayuntamiento bilbaíno instó a los padres de zonas bajo riesgo de inundación a recoger a los escolares a primera hora de la tarde, recomendó la retirada de coches estacionados junto a la ría, desalojó el mercado de la Ribera e instó a los comerciantes a cerrar los establecimientos en el Casco Viejo y Atxuri. Los barrios de La Peña y Recalde fueron los más afectados, con bajos y garajes anegados y vías cortadas por grandes balsas de agua que impidieron por momentos el tráfico rodado.


La ría del Nervión a su paso por Bilbao se quedó a un metro de desbordarse a su paso por el muelle de Ripa y, a entre uno y dos metros a los pies del Teatro Arriaga, en el Casco Viejo, como consecuencia de la pleamar, que se produjo a las 17.23, la hora considerada más crítica por las autoridades.


La autopista A-8 que une Bilbao y San Sebastián se convirtió en una trampa que atrapó a cientos de conductores que toparon con una balsa a la altura del barrio bilbaíno de Zorroza. Un desprendimiento obligó a cortar también los dos carriles de esta carretera en Abanto hacia Cantabria y la nacional 634 entre Baracaldo y el barrio Ugarte, y todas las vías de comunicación de Trapagarán en la margen izquierda sufrieron cortes.


También fue desalojado Mercabilbao, un centro comercial de Eroski, la empresa Firestone, talleres, residencias de ancianos y varios polideportivos.


Un desprendimiento de tierras en Gallarta interrumpió durante más de cuatro horas el servicio de cercanías de Renfe entre Ortuella y Musques, durante una hora el tramo Baracaldo-Santurce y causaron dificultades en la línea Bilbao-Orduña y Llodio-Amurrio por desprendimientos.


Los ríos vizcaínos del Nervión, Cadagua, Gobela o Butrón bajaron con mayor caudal del habitual y se desbordaron en localidades como Basauri, Balmaseda, Guecho o Munguía, entre otras.


En Guipúzcoa, la afectación fue menor pero los ríos Oria, Urumea, Urola y Deba sobrepasaron sus cauces y anegaron también garajes, lonjas, comercios y huertas en Andoain, Hernani, Astigarraga, Billabona y San Sebastián. Álava capeó mejor el temporal. Las lluvias desbordaron los pantanos y hubo que abrir las compuertas del embalse de Ullibarri Gamboa para aliviar la situación, lo que causó inundaciones en la cuenca del Zadorra.

Sobrecargados por el deshielo


También en Cantabria vivieron ayer con la vista puesta en varios de los ríos de la región, desbordados por las fuertes lluvias de los últimos días y sobrecargados por el deshielo de la nieve caída a lo largo del mes. La zona oriental de la región, y en especial Castro Urdiales, registró los peores daños por el desbordamiento a su paso de los ríos Brazomar y Ostende.


El Servicio de Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria registraba a media tarde 77 incidencias, 47 de ellas en la localidad castreña. Los Bomberos tuvieron que rescatar a tres personas de una casa inundada y otras dos en la zona del polideportivo de Sámano al quedar atrapados por la subida del agua. Además, las riadas afectaron a los accesos a la A-8 en esta zona.


Por otro lado, en la CA-151, en Guriezo, y la N-634, a la altura de Ontón, se registraron sendos desprendimientos de tierra y piedras que dificultaron la circulación.


Además de las lluvias, tres puertos de montaña permanecen cerrados al tráfico en la región a causa de la nieve: Lunada en la carretera CA-260; Estacas de Trueba, en la CA-631, y La Sía, en la CA-665. Y los vientos seguirán soplando fuerte en la región cántabra, una de las diez comunidades avisadas por Protección Civil y Emergencias debido a la climatología adversa.