GASTRONOMÍA

La última temporada del Bulli

Unas 7.000 personas iran desfilando los próximos siete meses por el comedor del restaurante situado en Cala Montjoi (Gerona).

Ferran Adrià, ayer, con todo su equipo, en la cocina del restaurante El Bulli.
La última temporada del Bulli
ROBIN TOWNSEND/EFE

El Bulli arrancó ayer la que será su última temporada como restaurante antes de convertirse en una fundación de creatividad culinaria que será el legado de Ferran Adrià y la prueba de que continúa el espíritu 'bulliniano' revolucionario en el mundo de la cocina.


"El logro más importantes de El Bulli es que va a continuar. Llevamos 25 años haciendo vanguardia. El éxito es que continúe", declaró Ferran Adrià. Para él, ayer no era el primer día de la última temporada del Bulli, ya que el espíritu de su restaurante, premiado como el mejor del mundo hasta en cinco ocasiones, continuará entre las paredes de la nueva Fundación de El Bulli. "Este será el próximo reto: que incluso después de nosotros, el restaurante siga", aseveró Adrià, que considera que estos siete meses de temporada, hasta el 31 de julio de 2011, son únicamente el final de una etapa antes de un nuevo proyecto que empieza y ante el que aseguró que están todos "muy emocionados".


A las 13.00, todo el equipo de cocina del Bulli -Adrià, los tres jefes de cocina (Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas), el segundo de a bordo (Eugeni de Diego) y más de 40 cocineros- se reunieron como cada comienzo de temporada en la cocina de 350 metros cuadrados del Bulli.


"Este será un año muy especial porque no habrá nadie más como vosotros", dijo Adrià a todo el equipo, al que ayer se incorporaron veinte nuevos 'stagers' (como se llama a los becarios en el mundo de la gastronomía), venidos de todos los rincones de España y del mundo, especialmente de Latinoamérica.


La temporada 2010-2011, la última como restaurante, servirá para despedir por todo lo alto a los clientes de toda la vida del restaurante -unas 7.000 personas-, que irán desfilando durante los próximos siete meses por el comedor de este recóndito restaurante situado en Cala Montjoi (Rosas, Gerona).


No obstante, Adrià apuntó que este año, además de tratar de emocionar al cliente a través de la gastronomía y de seguir creando, El Bulli se enfrenta al desafío de un nuevo reto: encontrar financiación privada para poder hacer posible su proyecto de fundación.