SIDA

La Sociedad Internacional de Sida denuncia la "falta de voluntad política"

La reunión sobre la enfermedad no cierra la cuestión del acceso universal a los tratamientos

El nuevo presidente de la Sociedad Internacional de Sida (IAS, por sus siglas en inglés), el argentino Julio Montaner, afirmó ayer que falta "voluntad política" para controlar esta pandemia global.


El directivo de esta asociación mundial independiente de expertos en sida aseguró que con una terapia antiretroviral gratuita, políticas de prevención adecuadas y una campaña de pruebas agresiva, "se podría controlar la epidemia en muy poco tiempo". "Si no lo hacemos es porque falta voluntad política", afirmó.


El experto, miembro de la IAS desde el año 1988, es autor de más de 300 publicaciones científicas sobre la enfermedad y es director del British Columbia Centre for Excelence in HIV/AIDS de Canadá.


Montaner asumió ayer, para los próximos dos años, la dirección de la IAS, al clausurarse la XVII Conferencia Internacional sobre Sida, que reunió en la capital mexicana a científicos, expertos y activistas de todo el mundo desde el pasado domingo.


El médico argentino, que toma el relevo de su compatriota Pedro Cahn, consideró que el encuentro se cierra con un balance positivo. "Hemos logrado que más del 50 por ciento de participantes acudan por primera vez a una conferencia internacional de sida, hemos reclutado una generación completamente nueva para la lucha contra la enfermedad", apuntó el investigador. "Esto es extremadamente importante en este momento en el que nos damos cuenta de que ésta es una epidemia que va a estar con nosotros a largo plazo", añadió.


La conferencia sirvió también para "prender la luz en Latinoamérica sobre la epidemia", donde los exámenes de detección del mal son escasos para las posibilidades que existen, según Montaner. Con pruebas rápidas "que se pueden hacer en un minuto, en cualquier lugar, que no tienen necesidad de tecnología muy complicada", las campañas de control "se podrían hacer mucho más intensas, agresivas y diseminadas", apuntó Montaner.


El gran número de individuos afectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) sin saberlo es "un agujero muy significativo" en la estrategia internacional para combatir la pandemia, dijo también.


El camino contra ella pasa por el tratamiento antiretroviral a los pacientes infectados y por la adopción de medidas y legislaciones que protejan a los grupos más vulnerables. Por ello, Montaner abogó por el uso de armas profilácticas preventivas en sectores como los de la prostitución, la comunidad homosexual y los drogodependientes.


"Si la terapia combinada antiretroviral y la profilaxis se aplicaran bien en un ámbito legislativo y social, y se sostuviera el esfuerzo preventivo y terapéutico, podríamos lograr controlar la enfermedad", explicó Montaner.


La conferencia de México "ha sido una gran oportunidad para tener un impacto muy importante en la epidemia en Latinoamérica", aseguró, satisfecho por que los aspectos "sociales y legislativos" del sida "se han discutido de forma intensa".


Sin concreción


Para la ONG Oxfam, la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida concluyó sin fijar ningún plan concreto para garantizar el acceso universal de las personas con VIH al tratamiento. Los representantes gubernamentales y de Naciones Unidas que asistieron a la reunión "hablan del 2015 como una fecha suficientemente buena y parecen sentirse cómodos dejando escapar el objetivo del 2010", señaló Oxfam.


La ONG recordó que en el año 2005, el grupo de países del G8 se marcó como objetivo el acceso universal al tratamiento para los enfermos con VIH para 2010 y que, un año más tarde, los países africanos respaldaron y ampliaron este compromiso. "Se trata de una emergencia. No podemos perder tiempo. Las personas más vulnerables del mundo confían en que sus gobiernos cumplan en 2010 sus promesas", advirtió la cantante escocesa Annie Lennox, embajadora de Oxfam.


En la actualidad el tratamiento más efectivo para las personas con VIH/SIDA es el de los medicamentos antirretrovirales, que reprimen la multiplicación del virus. Según cálculos de la ONU, en 2007 existían en el mundo 33,2 millones de personas con VIH, de los cuales 30 millones no tenían acceso a los medicamentos.