SALUD

El dedo índice y la planta del pie albergan más microbios que los intestinos o la boca

La localización del cuerpo es más importante para su composición que el tiempo, revela un estudio.

El dedo índice y la planta del pie albergan más microbios que los intestinos o la boca, según un estudio de la Universidad de Colorado en Boulder (EE. UU.) que se publica en 'Science Express', la edición digital de 'Science'. Otro de sus curiosos descubrimientos muestra que los microbios de la frente pueden proliferar en el antebrazo pero no a la inversa.

 

Los investigadores explican que nuestros cuerpos son el hogar de incontables microorganismos. Además, los resultados de un análisis reciente del cuerpo sobre estas comunidades microbianas podría revelar cómo los cambios en estas comunidades pueden causar, o evitar, enfermedades.

 

Los científicos, dirigidos por Elizabeth Costello, analizaron microbios de hasta 27 partes del cuerpo incluyendo los intestinos, boca, oído, nariz y hasta 18 superficies de la piel de un grupo de adultos sanos en cuatro ocasiones distintas.

 

Sus descubrimientos se basan en una investigación previa publicada en 'Science' en mayo y revelan que la localización del cuerpo es esencial en la composición de las comunidades microbianas que lo habitan, mucho más que la progresión del tiempo o la variación entre las personas individuales. Los autores descubrieron que algunas localizaciones de la piel, como el dedo índice o la planta del pie, a menudo albergan una mayor diversidad de microbios que los intestinos o la boca. Sus datos acentúan el hecho de que nuestros microbios personalizados del cuerpo permanecen relativamente estables a lo largo del tiempo y que muestran patrones predecibles de crecimiento en nuestro organismo.

 

En estudios posteriores, se trasplantaron comunidades microbianas de un lugar del organismo a otro, y de una persona a otra, y descubrieron que los factores ambientales eran más fuertes en la forma de las comunidades microbianas en las localizaciones de la piel grasas en comparación con las de piel seca. Por ejemplo, los microbios del antebrazo no proliferaban tan bien en la frente, pero los de la frente sí lo hacen en el antebrazo.