"Cambio de planes: regresamos a Teherán"

Tomás Navarro, el trotamundos de Mainar, ha pisado ya suelo iraní, aunque por cuestión de seguridad ha habido un cambio de planes. "Por recomendación -que no prohibición- del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) se nos dice que no es conveniente cruzar el Beluchistán por tierra, porque parece que en el sur de Afganistán está la zona caliente", cuenta.

Tomás Navarro, el trotamundos de Mainar, ha pisado ya suelo iraní, aunque por cuestión de seguridad ha habido un cambio de planes. "Por recomendación -que no prohibición- del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) se nos dice que no es conveniente cruzar el Beluchistán por tierra, porque parece que en el sur de Afganistán está la zona caliente. Vamos, disparan primero y preguntan después, así que tenemos que volver a Teherán (Irán) desde Isfahán y coger un vuelo a Karachi (Paquistán) vía Bahrein", indica Tomás Navarro.

Su primer contacto con Irán fue en la ciudad de Tabriz, a 360 kilómetros de Turquía. "Mi primera impresión es de un país burocratizado e ineficaz. Nos ha costado tres horas pasar la frontera, y solo estábamos trece extranjeros", cuenta Tomás, que ha quedado perplejo ante la desigualdades entre hombres y mujeres. "En la aduana había muchos iraníes en la ventanilla para pasar mientras fuera, y a pleno sol, esperaban todas las mujeres. Hasta que no han terminado los hombres los trámites no han empezado ellas", dice.

El asunto de la moneda iraní también ha llamado la atención de Tomás: "En la frontera, por 20 euros me han dado 260.000 riales, y por un té me han cobrado 6.000 de estos, menos de medio euro".

Si Estambul le pareció caótico, Teherán se llevó la palma. "Esta ciudad es un absoluto caos, sucia, ruidosa, contaminada, maloliente... en fin como para salir de aquí pitando", señala.