El agua derretida de los glaciares amenaza a millones de personas en el mundo

El deshielo no siempre acaba en los mares y océanos, sino que se acumulan en lagos inestables que pueden provocar inundaciones en grandes áreas de terreno.

Foto del Glaciar Grey, el 25 de diciembre de 2022, en la Patagonia chilena
Foto del Glaciar Grey, el 25 de diciembre de 2022, en la Patagonia chilena
EFE/Javier Martín

Décima a décima, la temperatura de la Tierra continúa su ascenso y gota a gota la historia helada del planeta se derrite ladera abajo. "Todos los sitios glaciares del Patrimonio Mundial tuvieron un balance de masa negativo de 2000 a 2020, lo que significa que perdieron más hielo del que ganaron", revela un informe de la Unesco. Las proyecciones climáticas apuntan a una temperatura cercana a los 2,7 grados centígrados respecto al periodo industrial, eso significa que perderíamos el 32% de la masa de los glaciares.

Traducido a agua son 48,5 miles de millones de toneladas métricas de hielo fundidas que elevarían el mar 15 centímetros o podrían desbordar lagos glaciares afectando a 15 millones de personas en todo el planeta. Esta es la última alerta del mundo científico sobre el cambio climático.

En un artículo publicado en la revista Nature Communications, los autores ponen el foco en cuatro países: Perú, India, Pakistán y China. "Las zonas más peligrosas no son las que tienen mayor cantidad de lagos o los que han crecido más rápido, sino son aquellas donde no hay capacidad para hacer frente a una inundación o viven una gran cantidad de personas cerca", asegura Caroline Taylor, investigadora principal.

En las últimas tres décadas, el número de lagos glaciares ha crecido un 50%. "No todo el agua del deshielo llega de inmediato a los océanos", revela Dan Shugar, científico de la Universidad de Calgary en Canadá, en otra investigación. Según sus estimaciones, los volúmenes actuales de los lagos glaciares suman alrededor de 156 kilómetros cúbicos de agua. Miles de millones de litros 'almacenados' en un lago inestable.

Estos nuevos embalses "pueden reventar repentinamente", explica Taylor en su trabajo. Los lagos glaciares están compuestos de rocas sueltas y escombros que se empujan hacia el frente y los lados de los glaciares. "Suelen ser bastante inestables y romper sus riberas o presas, provocando inundaciones masivas río abajo", apunta Shugar.

Así son los GLOF (Glacial Lake Outburst Flood) o vaciados repentinos de estos inesperados embalses naturales y que en el pasado han dejado miles de fallecidos, la más reciente se dio en mayo de 2020 cuando el valle de Hunza (Pakistán) acabó inundado por el desbordamiento de un lago glacial. "Este es un problema para muchas partes del mundo donde la gente vive río abajo de estos lagos peligrosos", advierte Shugar.

Daños a cientos de kilómetros

El trabajo recién publicado en la revista Nature Communications pone de manifiesto "la falta de estudio de los lagos glaciares y las medidas de prevención de estos eventos explosivos", revelan las investigadoras en el estudio. "Los GLOF pueden ser muy destructivos y llegar sin previo aviso, causando graves daños a la salud, daños a la propiedad, las infraestructuras y las tierras de cultivo, y la pérdida de numerosas vidas humanas", añaden.

Estas inundaciones se producen tras una falla que puede ocurrir debido a la erosión, una acumulación de presión de agua, una avalancha de roca o nieve pesada, un terremoto, un sismo de hielo, erupciones volcánicas bajo el hielo, o si una porción suficientemente grande de un glaciar se desprende y masivamente desplaza las aguas en una lago glaciar en su base. "El daño causado puede alcanzar los 120 kilómetros de distancia", asegura Taylor.

Desde hace varios ejercicios, Naciones Unidas trabaja en la monitorización de estos fenómenos para "prevenir la muerte y la destrucción en las regiones que se van a desarrollar este tipo de eventos", señala el organismo internacional. Sin embargo, "falta investigación en los Andes, por ejemplo", revela la investigación de Taylor. "Hay que indagar más para comprender el potencial de destrucción a nivel local en este área debido a la gran cantidad de gente que viven en las proximidades de estos lagos", apostilla.

Si la cantidad de agua 'almacenada' ha crecido un 50%, el número de personas también ha aumentado exponencialmente. "Los glaciares de los Andes han sufrido una rápida deglaciación y los lagos en esta zona aumentaron un 93%", señala el texto de la investigación. Mientras que, de forma paralela, la población cercana a estos parajes "ha aumentado en más de 100.000 personas desde mediados del siglo pasado".

En diciembre de 1941, un pedazo de hielo se desprendió de un glaciar colgante y cayó en Palcacocha, un lago glaciar, creando una gran ola que desbordó una presa natural y envió una inundación hacia Huaraz, una capital provincial en los Andes peruanos, a unos 22,5 kilómetros. Un tercio de la ciudad fue destruido y al menos 1.800 personas murieron. "Esta región (la de Los Andes) es la segunda más peligrosa a nivel mundial", destaca la investigación llevada a cabo por Taylor.

La primera son las altas montañas de Asia (que abarcan la meseta tibetana, desde Kirguistán hasta China) con 9,3 millones de personas potencialmente en riesgo. India y Pakistán tienen alrededor de 5 millones de personas expuestas, alrededor de un tercio del total global combinado.

"Comprender qué áreas enfrentan el mayor peligro de inundación glacial permitirá acciones de gestión de riesgos más específicas y efectivas que a su vez ayudarán a minimizar la pérdida de vidas y daños a la infraestructura aguas abajo como resultado de este importante peligro natural", denuncia Rachel Carr, jefa de Geografía Física de la Universidad de Newcastle y coautora del texto.

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