En un año marcado por la preocupación global por la salud de la población las compañías de energías renovables siguen luchando por mantener vivo el planeta.

La pandemia ha cambiado el orden de prioridades, ¿por qué sigue siendo vital apostar por las renovables?

El sector sale reforzado de la crisis sanitaria, que ha conllevado una toma de conciencia global sobre el tratamiento que damos a nuestro planeta. No podemos seguir por donde íbamos. Además, nuestro sector incorpora como pocos una doble vertiente muy favorable: es un dinamizador directo de la economía por la propia actividad industrial, que genera empleo y riqueza, sobre todo en el medio rural; y además es motor dinamizador de otros sectores: producir energía con máxima competitividad, al mejor precio y con facilidad de suministro es algo que favorece a todos los sectores industriales y al propio consumidor particular.

¿En qué situación está el sector?

Vivimos una oportunidad histórica, porque las renovables son la respuesta a una demanda estructural, no circunstancial: estamos ante un cambio profundo de modelo económico mundial, y las renovables son la respuesta que demanda el mundo, social y económicamente.

¿Cómo ha afectado la crisis a esta actividad?

En el caso de Forestalia, nuestra cartera es amplia y variada, porque abarca varias tecnologías, como eólica, fotovoltaica y biomasa, y también es variada en cuanto a su grado de desarrollo en el tiempo. Esto ha ayudado a que la afección que ha causado la crisis haya sido mínima, salvo en contados y limitados aspectos, para estos proyectos.

¿Cómo pueden ayudar las energías renovables a las zonas más afectadas por la despoblación? 

Las renovables tienen una importancia vital para crear empleo en el medio rural. Buena parte de las instalaciones de Forestalia se encuentran precisamente en comarcas con una baja densidad de población. Se estima que el desarrollo de los nuevos 6.000 megavatios puede generar en torno a 25.000 empleos en la construcción de los parques fotovoltaicos y eólicos, y casi un millar para la fase de explotación, durante las próximas tres décadas, todos ellos en Aragón. Además, el territorio se beneficiará con unos ingresos, a través de la recaudación de tasas e impuestos, de cerca de 1.000 millones: todo un aldabonazo contra la despoblación.

¿Por qué Aragón es un buen lugar para este tipo de iniciativas?

Aragón tiene los recursos naturales óptimos, tanto para eólica, que nos permite aprovechar el cierzo, como para la fotovoltaica, con buenos niveles de radiación solar. También es significativa la reforma normativa aragonesa de 2016, que dotó de seguridad y agilidad jurídica y de tramitación a las inversiones previstas. No tenemos duda de que los esfuerzos para mantener ambas continuarán en estos próximos años, para que Aragón no pierda esta oportunidad de desarrollo.

¿Cómo imagina el mundo del futuro respecto a las renovables?

Somos muy optimistas. Estamos ante una clara oportunidad para aprovechar una ocasión difícilmente repetible. Vivimos un momento histórico de promoción y mejora de las energías renovables, y tenemos ante nosotros el reto de estar a la altura de las demandas sociales y económicas de nuestro país y del mundo. Por sus condiciones naturales, España, y en concreto Aragón, tienen una perspectiva privilegiada para estar entre los líderes de la revolución mundial de las renovables.

¿Quién es?

Director general de Forestalia. Economista, con una dilatada experiencia internacional en distintos sectores –como la construcción, las concesiones, el industrial o los servicios medioambientales–, Carlos Reyero (Madrid, 1959) ha desarrollado su carrera profesional en grupos como Dragados, Grupo ACS y Globalvia.