Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cosas de la vida

Las redes sociales de los gorilas: quien mucho abarca poco aprieta

¿Es más complejo el comportamiento social en especies con grupos más grandes?

La gorila Nalani sujeta a su cría recién nacida.
La gorila Nalani sujeta a su cría recién nacida.
EFE

Imagina que te dedicas a estudiar a los gorilas de montaña. Desde luego tiene que ser un trabajo excitante… Estas hermosas criaturas que estuvieron a punto de desaparecer de la faz de la tierra nos resultan familiares y, a la vez, misteriosas. Hace un siglo, se pensaba que eran bestias crueles y despiadadas que no dudarían en devorarte pero, gracias a la investigación, hemos podido conocerlas mejor: Ahora sabemos que forman grupos con estrechas amistades y que les apetece mucho más una hoja que tu pierna.

En concreto, a ti se te ha encomendado la misión de conocer mejor cómo son sus relaciones sociales. Con la mochila a cuestas y el apoyo de tus compañeros, llevas horas subiendo y bajando por la selva intentando encontrar alguno de los grupos de estudio. Empieza a hacer calor, tienes los brazos llenos de picaduras y llevas la espalda chorreando de sudor. Cuando tu mente empieza a estar más ocupada en echar de menos la tortilla de patata que en los gorilas... por fin notáis unos árboles en movimiento que indican la presencia de un grupo. Este lleva muchos años siendo estudiado, así que está acostumbrado a los investigadores y los simios dejan que les observéis sin inmutarse.

A primera vista, simplemente ves eso, un grupo de gorilas. El macho de espalda plateada está ocupado seleccionando los mejores brotes mientras tres hembras descansan plácidamente sin perder de vista a sus crías juguetonas. Sin profundizar, no se diferenciaría mucho de cualquier grupo de animales gregarios como los ñus o los pingüinos. Como primates que son, sabes que sus relaciones sociales son muy complejas, pero ¿cómo estudiarlas?

En realidad, es una situación muy parecida a, por ejemplo, el tiempo libre en un campamento de verano. A priori, ves un montón de niños mezclados jugando pero, si profundizas, te das cuenta de que hay una enorme variedad de subgrupos y relaciones sociales. Si te pasaras un rato observando podrías realizar una red de relaciones, teniendo en cuenta el tiempo que pasan jugando entre sí, manteniendo conversaciones o riñendo. En una hora habría niños que no se habrían separado y otros que ni siquiera se habrían mirado.

En un grupo de gorilas pasa exactamente lo mismo. Para poder dibujar su red social tendrías que tomar datos de todo tipo de interacciones que se produjeran entre ellos, como la frecuencia con la que se acicalan entre sí los distintos individuos o el tiempo que pasan descansando en proximidad. De estos datos podrías sacar una red social parecida a esta:

Red social real de un grupo de gorilas de montaña en Ruanda
Red social real de un grupo de gorilas de montaña en Ruanda

Los puntos grises representan individuos y las flechas, las relaciones entre ellos. Cuanto más gruesa es la flecha, más estrecha es la relación entre esos individuos. Los números dentro de los círculos indican la diversidad de relaciones que establecen los diferentes gorilas. El número 0 significaría que solo tiene un tipo de relación (por ejemplo, todas las relaciones de ese individuo son débiles), mientras que el número 1.1 significa que establece relaciones débiles, medianas y fuertes. De hecho, esta es una red social real de un grupo de gorilas de montaña en Ruanda. Ha sido obtenida de un artículo recientemente publicado que ha analizado datos recogidos durante doce años por la asociación Dian Fossey. Los resultados de este artículo indican que, en contra de lo esperado, los individuos de los grupos más numerosos tienen relaciones sociales menos diversas que los de los grupos pequeños. Y es que, cuanto más grande es el grupo, los gorilas tienen que establecer mayor número de relaciones sociales, pero la mayoría de ellas son débiles.

Este estudio es interesante para entender también el sistema social de otros primates. Indica que aquellas especies con grupos más grandes no tienen por qué tener un comportamiento social más complejo. Igual que un niño que haya asistido a un campamento con pocos chavales, no tiene por qué haber tenido una experiencia social más pobre que el que haya ido a un campamento más grande. De hecho, en mi experiencia como monitora, he observado lo contrario.

Al final lo cierto es que, entre ser monitora o primatóloga, tampoco hay tanta diferencia. En ambos casos te pasas muchas horas observando primates y, ya sea por el calor o los gritos, te acaba doliendo la cabeza. 

-Ir al suplemento Tercer Milenio

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión