Junto a mascarilla o desescalada, la palabra escrache se ha convertido en los últimos días en uno de los términos de moda. Reportajes televisivos, minutos de radio, páginas de prensa… prácticamente no hay un soporte en el que no haya emergido recientemente. Pero, ¿qué significa esta palabra?

La Real Academia Española (RAE) la define como una “manifestación popular de protesta contra una persona, generalmente del ámbito de la política o de la Administración, que se realiza frente a su domicilio o en algún lugar público al que deba concurrir”.

Se trata, por lo tanto, de una acción de protesta pública frente a un representante, que se realiza a las puertas de su vivienda, junto a su centro de trabajo o, incluso, en la vía pública. Además, la RAE también incluye el verbo escrachar, que se refiere a romper, destruir o aplastar.

Respecto al origen del término, hay varias teorías. Unas lo sitúan en el italiano "schiacciare" ('aplastar, astillar, machacar') o en el genovés "scraccâ" ('escupir'), términos que habrían llegado al español a través del lunfardo, una jerga originalmente empleada por las clases más bajas de Buenos Aires, muchos de cuyos integrantes provenían de Italia.

Para otros existe una conexión clara con el inglés 'to scrach' ('arañar, rasguñar, marcar'). De hecho, en el español de los Estados Unidos se usa "escrache" como 'arañazo o rasguño', como recoge el diccionario de americanismos.

Esa combinación de factores lingüísticos y de actualidad es, según explicaba el director general de la Fundéu BBVA en 2013, Joaquín Muller, la que justifica que "esrache" fuese la palabra del año para la Fundéu BBVA; una fundación constituida por la Agencia EFE y el BBVA, que trabaja asesorada por la Real Academia Española y que tiene como principal objetivo velar por el bueno uso del idioma en los medios de comunicación.