TELETRABAJO

Cómo convertir una habitación de tu casa en un despacho

Poco a poco el teletrabajo se impone y busca su propio espacio. Lo ideal es montar esa zona de despacho en un lugar de la casa independiente, que favorezca el ambiente de trabajo y facilite la desconexión. Un espacio agradable y cálido, que invite a la concentración.

Optar por el salón de la casa para ubicar nuestro despacho, no parece muy buena idea.
Optar por el salón de la casa para ubicar nuestro despacho, no parece muy buena idea.
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Dicen los expertos que el teletrabajo ha llegado para quedarse. Pero conjugar la actividad profesional con la vida personal y familiar en casa, sinceramente, no es fácil. Se necesita una buena preparación psicológica para llevar con cierta soltura esas largas jornadas en una habitación, transformada en despacho, en la que trabajar de la manera más cómoda y eficaz posible. Y los hay, incluso, que opinan que integrar un despacho en casa es más una cuestión de imaginación que de la falta real de metros. En muchos casos, tan solo hay que saber dar con los muebles adecuados, preferiblemente ligeros, que no tengan mucho volumen y que ocupen poco espacio.

Casi por norma, en la mayoría de los hogares, la habitación más pequeña -generalmente también la más oscura- es la destinada a convertirse en el despacho de la casa, por lo que no está de más recordar lo importante que resulta una buena iluminación natural para que la vista no sufra.

Según los expertos, descanso y trabajo son dos actividades que no se llevan demasiado bien
Según los expertos, descanso y trabajo son dos actividades que no se llevan demasiado bien
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Por eso, y porque factores como evitar las distracciones que torpedeen constantemente nuestra concentración son igualmente determinantes, la elección del espacio en el que ubicar el puesto de trabajo es clave. Y, en este sentido, optar por el salón de la casa, a no ser, por ejemplo, que dispongamos de unas buenas puertas correderas que delimiten el espacio, no parece muy buena idea, ya que resultará imposible eludir las constantes interrupciones del resto de los miembros de la familia o, sin ir más lejos, el sonido de la televisión; otro tanto ocurre con el dormitorio, ya que, según los expertos, descanso y trabajo son dos actividades que no se llevan demasiado bien. Pero, si no queda más remedio, al fin y al cabo el dormitorio principal suele ser una de las estancias más amplias y luminosas de la casa, podemos aprovechar ese derroche de luz natural y colocar la zona de trabajo junto a la ventana.

El lugar elegido debe ser un espacio agradable y cálido de la casa que invite a la concentración

Lo ideal es montar esa zona de despacho en un espacio independiente para favorecer el ambiente de trabajo y facilitar del mismo modo la tan necesaria desconexión. Un espacio agradable, cálido, que se aleje de típica frialdad de la oficina, y que invite a la concentración. Y conseguirlo no cuesta tanto, si echamos mano de algunos sencillos objetos y recursos de decoración, como ese cuadro que nos gusta, una lámpara atractiva o, simplemente, pintar una de las paredes de la habitación con un color diferente, que nos levante el ánimo. Y resultará muy conveniente, además de la mesa de trabajo y la silla apropiadas, tener cerca un cómodo y confortable sillón, en el que poder descansar unos minutos, sin tener que abandonar nuestra zona de trabajo.

Contar con una estantería -hay cientos de modelos a un precio más que asequible en el mercado-, una cajonera o un mueble similar de almacenamiento, para organizar todos nuestros papeles, es básico. Mantener el orden y la limpieza mejora la concentración, nos hace rendir más y mejor, y proporciona un bienestar, casi, casi, inmediato.

No sirve cualquier visillo

Es evidente que la zona de trabajo debe estar bien iluminada. Y, para ello, es necesario combinar una iluminación enfocada hacia la mesa (un flexo o una lámpara de escritorio, servirán) con otra cenital (lámpara de techo). Para matizar la luz natural durante el día, podemos regular su intensidad, utilizando estores -los fabricados con tejido screen poseen unas propiedades excelentes para la protección solar- o cortinas, preferiblemente opacas: no sirve cualquier visillo.

Si no tenemos  en casa una silla de despacho, hay que buscar una que recoja bien la espalda y se adapte a nuestras dimensiones

La mesa y la silla, donde vamos a pasar tantas horas sentados frente al ordenador, son las piezas principales del mobiliario de trabajo. La mesa, debe tener una altura adecuada, por lo que conviene recordar que una de escritorio o de oficina, destinadas a ese uso específico, son más aconsejables para nuestra salud que la mesa del comedor. Algo similar sucede con la silla, que debe ser cómoda y ergonómica para favorecer la higiene postural. Si no tenemos en casa una silla de despacho u oficina, deberemos buscar una que recoja bien la espalda y se adapte a nuestras dimensiones. Y, si tiene brazos, mucho mejor. En España, cerca del 80% de los trabajadores sufren dolores de espalda, al menos una vez en su vida, y con demasiada frecuencia la causa es una postura incorrecta al sentarse durante el trabajo. Aunque parezca increíble, nuestro cuerpo no está adaptado para sentarse.

Y si, por cuestión de metros, no tenemos una habitación exclusiva donde instalar nuestro despacho, decoradores e interioristas recomiendan buscar la zona más optima de la vivienda, esa que nos hace sentirnos especialmente cómodos, pero teniendo siempre en cuenta los condicionantes de iluminación, orden, color, nivel de distracción...

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