Desvelado el misterioso bloqueo de los mandos a distancia de coches y garajes

Un invento casero mantuvo en vilo, sin saberlo su autor, a todo un vecindario en North Olmsted, Ohio.

Desvelado el misterio de los mandos a distancia que no funcionaban en Ohio
Los coches dejaron de obeceder al mando a distancia en un vecindario de Ohio.
Heraldo.es

Imagine que, de repente, el mando de su coche deja de obedecerle. Y tampoco se abre de forma automática la puerta de su garaje. Esta escena la vivieron decenas de personas de un vecindario de North Olmsted, en el estado de Ohio (EE. UU.) hace unas semanas. Inexplicablemente, dejaron de funcionar numerosos mandos a distancia. El misterio interesó a expertos de diverso signo, radioaficionados y voluntarios empeñados en dar con la clave del fenómeno. Todos coincidieron en que algo poderoso estaba interfiriendo con la frecuencia de radio de la que penden la mayoría de los mandos a distancia. Pero, ¿qué era esa fuerza? Nadie daba con la causa.

Funcionarios de North Olmsted, una ciudad que está situada en las afueras de Cleveland, comenzaron a recibir llamadas sobre los problemas a fines de abril, dijo el sábado Donald Glauner, director de seguridad y servicios de la citada población.

En las semanas que siguieron, más de una docena de residentes comunicaron problemas intermitentes para hacer funcionar sus mandos de automóviles y las puertas de garajes. La mayoría vivía a pocas manzanas una de la otra. Y no todos los mandos dejaron de funcionar.  

El pasado fin de semana se desveló el misterio, según cuenta, 'The New York Times':  

El concejal de la ciudad Chris Glassburn anunció que la fuente del problema era un dispositivo de batería casero diseñado por uno de los vecinos del barrio para alertar si alguien entraba a casa mientras él estaba trabajando en su sótano. Según explicó Glassburn, este habitante, que tiene necesidades especiales, siente una especial fascinación por la electrónica. Ni el inventor ni las personas con las que vive tenían idea de que el dispositivo estaba causando estragos en el vecindario. Hasta que Glassburn y un voluntario con experiencia en radiofrecuencias llamaron a su puerta.

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