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Técnicas para optimizar tu rendimiento en los estudios

No hace falta estudiar de memoria cientos de páginas. La labor de estudio consiste en entender e interiorizar, no en leer y repetir sistemáticamente como loritos.

Hay que encontrar el método de estudio con el que nos sintamos más cómodos
Hay que encontrar el método de estudio con el que nos sintamos más cómodos
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Trabajo diario, dedicación y perseverancia son las claves de todas buenas calificaciones. Ya lo dijo Catón: "Las raíces del estudio son amargas, pero sus frutos son dulces". Y existen muchas técnicas de estudio para optimizar nuestro rendimiento. No hace falta estudiar de memoria cientos de páginas; la labor de estudio consiste en entender e interiorizar, no en leer y repetir como loros. Lo primero que hay que entender es que no todos somos iguales y que el método de estudio es algo muy personal y hay que encontrar la forma con la que nos sintamos más cómodos. Por eso, conviene repasar algunas de las técnicas de estudio más comunes y adquirir el método que se ajuste más a nuestras características.

Un calendario de estudio

Existe una regla común y, posiblemente, la más importante: organizar la labor de estudio. Haz un calendario de las horas que vas a dedicar a cada materia, márcate unos objetivos claros y realistas, y, por supuesto, cúmplelos. Esto nos ayudará, además, a evitar los nervios y a afrontar la tarea con mayor determinación.

Aprender a subrayar

Subrayar es quizá la técnica más sencilla y extendida entre los estudiantes, lo que no es tan sencillo es aprender a subrayar de manera eficaz. Es importante utilizar varios colores que nos ayuden a identificar las partes más significativas del texto y no subrayar todo lo que haya en la página. Lo mejor es hacer una lectura comprensiva, en primer lugar, para luego tener una idea más clara de qué es lo más importante. Por ejemplo, subraya las ideas principales con un color y las secundarias con otro, así educaremos a nuestra mente para que, de un solo vistazo, identifiquemos cada idea.

Mapas conceptuales

Los mapas conceptuales nos permiten ahorrar muchas horas y aunar conceptos básicos para tener una visión global de un tema. Consiste en desglosar cada punto del temario en una o dos palabras básicas que nos ayuden a desarrollar lo que hemos estudiado.

Unos buenos apuntes

Coger los apuntes con nuestras propias palabras también nos ayudará a interiorizar mejor cada tema y recordarlo más fácilmente. Hay que tener especial cuidado en no dejar fuera ningún dato relevante y que pueda desbaratar todo el trabajo. No copies todo, la idea es poder explicarlo con nuestro criterio para luego poder aplicarlo en el examen. Podemos tomarlos de manera tradicional, con lápiz y papel, o con cualquiera de las herramientas digitales gratuitas que hay en internet.

Casos prácticos y dibujos

Los casos prácticos son muy apropiados para asignaturas como Matemáticas o Química, en las que la elaboración de un ejercicio suele ser más útil que estudiar el proceso de cómo realizarlo. Y, para los que tengan buena memoria visual, hacer dibujos asociados a conceptos puede resultar muy útil y divertido. Una imagen puede actuar como desencadenante para desarrollar una idea.

Reglas nemotécnicas y estudiar en grupo

Las reglas nemotécnicas son la herramienta idónea para memorizar listas, conjuntos o fechas. Funcionan asociando determinados conceptos a otros que nos resulten más familiares. Una fórmula útil, por ejemplo, es crear acrónimos que nos ayuden a recordar una lista de características. Estudiar en grupo también puede resultar una tarea muy productiva para aclarar conceptos y repasar ideas. Es importante centrarse en el tema en cuestión y no dispersarse en conversaciones de otra índole, ya que puede resultar contraproducente.

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