En Samsung deben pensar que poco más pueden mejorar en la calidad de imagen, porque cuando este jueves mostraron en Zaragoza a unos pocos elegidos sus nuevos televisores de 2018, se centraron sobre todo en el diseño, el ‘ambient mode’ y sus capacidades ‘inteligentes’.

No deja de ser curioso que Samsung, rey indiscutible de la tecnología Amoled en los móviles, rehuya en sus televisores de estos paneles de colores vibrantes y negros profundos. Si les preguntamos a ellos, nos dirán que la tecnología orgánica tiene problemas de durabilidad y que las imágenes estáticas tienden a quedar marcadas sobre la pantalla. Lo cierto es que, con los televisores Qled, a pesar de que son led, han conseguido colores vivos, negros absolutos y, sobre todo, mucha luminosidad. Sabiéndose los reyes en calidad de imagen y mientras otros fabricantes se centran en ofrecer televisores futuristas que ocupan algo más que un folio, Samsung ha optado por innovar en el ‘software’.

El ‘ambient mode’ permite camuflar el televisor con el entorno cuando no lo estamos utilizando. Mediante una fotografía tomada con el ‘smartphone’, crea un fondo personalizado para el televisor que lo convierte en una suerte de camaleón tecnológico sobre la pared en el que se va mostrando información útil como el tiempo o las últimas noticias.

Para potenciar la sensación de inmersión, Samsung ha conseguido pasar todas las conexiones (imagen, sonido, red e incluso la alimentación) a través de un finísimo cable casi invisible que desemboca en One Connect, un centro de conexiones con cuatro HDMI, audio óptico, Ethernet, tres USB...

Por otro lado, aunque existen soluciones económicas para convertir un televisor en una ‘smart TV’ conectada a internet, Samsung dota de serie a sus televisores con las últimas aplicaciones para el visionado de contenido ‘online’ (HBO, Netflix, Movistar, You Tube...). La compañía, consciente de que los hábitos de consumo de contenido ya han cambiado, cuida mucho sus acuerdos con las productoras de contenido y es el primer fabricante en ofrecer estos servicios en sus televisores, aunque las aplicaciones, a veces, se deben ir puliendo con el tiempo y no siempre se ven del todo bien.

The Frame, una tele diferente

La apuesta por el diseño de Samsung tiene su mayor expresión en The Frame, un dispositivo a medio camino entre el televisor y la obra de arte.

Con tamaños que van de las 43 a las 65 pulgadas y precios de entre 1.300 y 3.000 euros, El Marco (en español) es una tele que se transforma en un cuadro, cuando no la usas para ver series o películas.

The Frame está pensada para ser un televisor secundario, por ejemplo colgado en la pared del dormitorio, o para colocarse sobre un caballete a modo de lienzo para decorar, si el bolsillo lo permite, un rincón del salón.