Libros e ilusiones con destino a la India

Los beneficios del Rastrillo solidario Ana Boj se destinarán a construir una escuela de la Fundación Vicente Ferrer.

Inma Cantín, Mari Mar Jaso, Milagros Martínez, Elena Escobar, Begoña Schumacher y Elia Orgillés, en el centro cívico Almozara.
Libros e ilusiones con destino a la India
Aránzazu Navarro

Los primeros en llegar al 6º Rastrillo solidario de libros Ana Boj fueron algunos libreros de viejo, de segunda mano y bibliófilos. Con su mirada ágil rastrearon buena parte de los 5.000 ejemplares que hasta el domingo se ponen a la venta en el centro cívico Almozara (Avda. Puerta Sancho, 30).


La Asociación de Mujeres Universitarias Concepción Gimeno Gil está detrás de este proyecto, junto a la Fundación Vicente Ferrer. Y es que el dinero recaudado se destinará a la construcción de una escuela en Anantapur, al sur de la India. “El año pasado ya pusimos en marcha dos proyectos y ahora queremos hacer lo mismo con este, que más que una escuela será el centro social del pueblo donde se escolarizará a los niños pero también se reunirán los grupos de mujeres, habrá ayuda nutricional y se pondrán las vacunas”, destacó la voluntaria de la Fundación Vicente Ferrer, Mari Mar Jaso.


Mientras ella hablaba, sus compañeras Inma Cantín, Begoña Schumacher y Elia Orgillés terminaban de poner en orden el rastrillo recién inaugurado. “Es importante hacer una buena clasificación –comentaban Begoña y Elia– para que la gente se oriente mejor”. Para esta tarea cuentan con el apoyo de algunas bibliotecarias, “que hacen una selección estupenda y así pasa que siempre aparece alguna joya”, apuntó Elena Escobar, de la Asociación de Mujeres Universitarias.


Los libros proceden de donaciones particulares, instituciones y bibliotecas de Aragón, y su precio oscila entre uno y cinco euros. El bibliófilo Víctor Manuel Sanz fue de los primeros en llegar tras la inauguración. Apenas estuvo una hora y se llevó más de 20 títulos. “Me gusta la historia de Aragón –comentó– y en rastrillos así siempre encuentro libros poco vistos o que están descatalogados”. En esta ocasión no halló un tesoro “pero sí algún ejemplar interesante”.


Otras voluntarias como Julia López-Madrazo y Milagros Martínez también se acercaron ayer y muchas más lo harán durante el fin de semana. “Tenemos un cuadro de horarios estupendo y aquí estaremos desde las diez de la mañana a las nueve de la noche esperando a los zaragozanos”, comentaron.


Los libros, además, no son el único argumento del rastrillo. La Fundación Vicente Ferrer también cuenta con un espacio de comercio justo con complementos realizados por mujeres discapacitadas de la India como fulares, bolsos, pendientes, collares, telas de yute, prendas de algodón estampado… En fin, mucho donde elegir por una buena causa.

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