Con la llegada del otoño y de los primeros días de frío, bufandas y pañuelos de todos los colores y tejidos vuelven a adornar los armarios de los amantes de estas prendas. Y dentro de este amplio abanico de posibilidades hay un accesorio en especial que cada vez gana más adeptos pero que, sin embargo, no todo el mundo consigue llevar adecuadamente. Hablamos del echarpe, más conocido como maxibufanda.

Para llevar esta prenda con estilo, una de las formas más sencillas es lucirla como si fuera una bufanda y para ello, cuanto más grande sea, mejor será el efecto. Lo primero que debe hacerse para colocarlo es doblarlo en forma de triángulo y ponérselo como un chal, cubriendo los dos hombros, después solo hay que cruzar uno de los picos hacia el hombro contrario y engancharlo entre el cuerpo y el pañuelo. Solo queda ahuecar la parte delantera y ¡listo! 

Y aún es más sencillo si lo que se busca es llevarlo como si fuera una manta pues solo hay que extenderlo sobre la espalda y dejar que, aproximadamente, la mitad del pañuelo cuelgue por la parte de delante del tronco. De esta manera es muy difícil que se descoloque y, en ese caso, volver a ponerlo en su sitio es rápido y sencillo.

Por último, si lo que se quiere es llevar un poncho, no hay más que añadir a la manta un cinturón que ayude a marcar la cintura. Este estilo es ideal para combinar con jerseys de cuello alto ceñidos que abriguen bien y que no abulten en exceso para evitar el efecto globo.