Badiola: "Quedan muchas incógnitas por investigar en el 'mal de las vacas locas'"

Investigar más la EBB permitiría luchar contra el alzhéimer y el párkinson, según varios expertos.

Juan José Badiola y el resto de profesores participantes en el congreso sobre priones, en la escalinata del Paraninfo
Badiola: "Quedan muchas incógnitas por investigar en el 'mal de las vacas locas'"
Guillermo Mestre

El catedrático Juan José Badiola, experto en Encepalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o "mal de las vacas locas", ha dicho este martes en Zaragoza que, aunque la enfermedad está "casi erradicada", quedan muchas incógnitas y mucho por estudiar, por lo que ha lamentado la disminución de los fondos para investigación.


En el mismo sentido que Badiola se ha manifestado Juan María Torres, del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), quien ha señalado que están "muy lejos" de tener este tipo de enfermedades controladas y que, una vez pasada la "alarma" social, ha bajado la financiación para estas investigaciones.


Badiola y Torres han hecho estas declaraciones a los medios de comunicación en el Paraninfo de Zaragoza con motivo de la celebración del III Congreso Ibérico de Priones, unas partículas infecciosas que producen enfermedades degenerativas transmisibles, entre ellas la EEB o "mal de las vacas locas" y la denominada "scrapie" (tembladera) en ovinos.


El primer caso de transmisión del "mal de las vacas locas" al hombre se detectó en 1986 en el Reino Unido y ya se han identificado unos 200 casos en el mundo, de ellos cinco en España, aunque según ambos expertos podrían haber sido más de 20, que al no ser obligatoria la autopsia podrían haber pasado inadvertidos.


Para Badiola, director del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, ha sido la causa de la más importante crisis alimentaria que se ha vivido en Europa en los últimos cincuenta años.

Además, ha hecho cambiar completamente el sistema de control de los alimentos y ha mejorado extraordinariamente todo el sistema europeo de seguridad alimentaria, ha agregado.


El problema es que esta enfermedad en humanos es "mortal, no hay tratamiento, ni vacunas", ha dicho Badiola, quien ha destacado que las investigaciones desarrolladas están sirviendo de modelo para el estudio de otras enfermedades neurodegenerativas humanas, como el alzhéimer o el párkinson.


Ya que, ha explicado, los mecanismos son muy parecidos, pues se trata de depósitos de proteínas anómalas en el sistema nervioso central.

También el investigador del INIA ha señalado que es necesario avanzar en la investigación porque no se puede descartar que aparezcan casos sueltos o esporádicos, porque en este tipo de enfermedades priónicas pueden pasar varias décadas hasta que se detectan los primeros síntomas, aunque "es poco probable, según los datos epidemiológicos actuales, que se produzca un nuevo 'boom'".


En estos últimos años se ha aprendido mucho gracias a la alarma social que generó la EEB, sin embargo y no solo en España, "se acaba el problema de la alarma y por tanto los fondos destinados a investigar este tipo de enfermedades", ha lamentado Torres, para quien ha sido un "grave error".


A su juicio, si se avanza en el conocimiento de los priones, probablemente se esté avanzando también en el conocimiento de otras patologías, como alzhéimer o párkinson, el gran problema del futuro al estar asociadas al envejecimiento.


Badiola, tras señalar que los recortes han sido para todas las investigaciones, ha valorado el apoyo dado por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón al Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, que contó también con fondos del Ejecutivo central y europeos.


También el investigador Martin Jeffrey, de la Agencia de laboratorios veterinarios del Reino Unido, situada en Penicuik, Escocia, ha dicho que están sufriendo el mismo problema de financiación porque la crisis prácticamente ha desaparecido y no tienen el dinero al que estaban acostumbrados.


Jeffrey ha explicado que este tipo de enfermedades priónicas en animales y humanos tienen una persistencia, hay casos espontáneos, y van a existir siempre, por lo que no hay que dejar de financiarlas.


Por su parte, Mark Head, quien trabaja en Edimburgo en neuropatogénesis, ha informado de que tratan de diferenciar entre los casos esporádicos y los que pueden derivar de la enfermedad de las "vacas locas" por contaminación con EEB.


Y que en un estudio epidemiológico que han realizado con apéndices humanos se ha descubierto que uno de cada 2.000 estaban infectados y eran portadores del agente causal del "mal de las vacas locas", por lo que piensan que podría haber otro repunte de la enfermedad dentro de varias décadas.