Sanidad

Aumenta en Europa la resistencia a los fármacos para tratar la tuberculosis

La incidencia de la tuberculosis en España es mayor a la registrada en el resto de países occidentales de Europa, a pesar de que fue controlada en los años posteriores a la posguerra.

Aliaga (d) y Cole (i), investigadores de la tuberculosis
Aumenta en Europa la resistencia a los fármacos para tratar la tuberculosis
EFE

La resistencia a los fármacos con los que se trata la tuberculosis en los pacientes de países europeos ha aumentado en los últimos años, lo que dificulta la curación de esta enfermedad infecciosa que continúa afectando a gran parte de la población mundial. 


También a España, donde la incidencia, es superior a la registrada en el resto de países occidentales de Europa, a pesar de que fue controlada en los años posteriores a la posguerra, cuando llegó a ser una enfermedad "endémica" del país.


Sin embargo, y visto los casos registradas, es muy "probable" que el nivel de infección latente en la población española sea mayor, que en el resto de países de Europa, y que por eso se registre una tasa más elevada de pacientes afectados.


De hecho, un tercio de la población mundial está infectada por tuberculosis de forma "latente", esto quiere decir que sólo tienen un 10% de probabilidad de desarrollarla a lo largo de su vida o lo que es lo mismo, que el 90% de ellos no la padecerán, aunque estén infectados.


Así lo ha explicado el profesor titular de microbiología de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Aínsa, miembro también del grupo de trabajo de la institución académica que participa en el principal consorcio de investigación de la Unión Europea, denominado More Medicines for Tuberculosis (MM4TB).


Más de setenta investigadores europeos de MM4TB se han reunido estos días en la capital aragonesa para exponer el desarrollo de un nuevo "arsenal terapéutico" para tratar a aquellos pacientes "multirresistentes" a los fármacos utilizados actualmente.


"Hay que intentar que los nuevos fármacos sea más efectivos y más potentes, sin efectos secundarios, y que intenten reducir el tratamiento. Actualmente, dura entre unos seis y ocho meses y, en los casos más graves y resistentes, puede prolongarse durante dos años", ha indicado a Efe el coordinador del MM4TB, Stewart Cole, de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza) .

Nuevo fármaco

Cole ha adelantado que actualmente hay un nuevo fármaco en la última fase de ensayo clínico, que acaba de ser aprobado por la Food and Drug Administration de Estados Unidos y por la Agencia Europea del Medicamento, para el tratamiento de los casos más graves de tuberculosis.


Desde la Universidad de Zaragoza, los investigadores que participan en este consorcio formado hace más de un año ayudan en el proyecto de investigación, localizando aquellos posibles fármacos que acaban con una proteína, pero no logran matar a toda la bacteria, al ser expulsados al exterior.


"Tenemos experiencia y material para ver si, cuando un fármaco no es activo contra la bacteria, es por un problema de transporte. Esto ayuda a los grupos que lo están desarrollando para tratar de modificar la estructura del fármaco y no tener estos problemas", ha precisado Aínsa.


El aumento de la resistencia de la tuberculosis en Europa está relacionado con los viajes entre ciudadanos de distintos países, tanto aquellos que hacen turismo como los que se trasladan para trabajar, pero también con la epidemia del SIDA.


Según ha explicado Aínsa, los pacientes inmunodeprimidos, como los que padecen el SIDA, son más "propensos" a desarrollar la enfermedad de la tuberculosis, y ésta es la segunda causa que está favoreciendo el aumento de la infección en el mundo.


De ahí, la importancia de continuar desarrollando nuevos fármacos, pero también nuevas vacunas, como la diseñada por el grupo de investigación de Genética de Microbacterias de la Universidad de Zaragoza, que actualmente se encuentra en "ensayos clínicos".


Además, la enfermedad de la tuberculosis añade un complicación a la investigación, al estar causada por distintas cepas de una misma bacteria, que se diferencian por que pueden ser más virulentas, más sensibles o más resistentes a los fármacos"o tener la capacidad de transmitirse mejor entre las personas.


Por ejemplo, en la capital aragonesa, donde al igual que en el territorio aragonés la incidencia de la enfermedad es superior a la media española, se detectó una serie de cepas específicas en la ciudad, estudiadas por los investigadores, que se diseminaban "muy activamente" entre la población.