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La era de la miopía, lo que se ve más allá de las gafas y las lentillas

Los estudios avisan de que en 2050, un 52% de la población será miope.

Carlos Serrano Bernal, presidente del Colegio de Ópticos – Optometristas en Aragón.
Carlos Serrano Bernal, presidente del Colegio de Ópticos – Optometristas en Aragón.
M. M. M.

En el año 2000, el 22% de la población global era miope, un porcentaje que se espera que en treinta años sea de más del 50%. "Son unos datos de 2016 de Asia, pero se pueden extrapolar a otros lugares", señala Carlos Serrano Bernal, presidente del Colegio de Ópticos – Optometristas en Aragón.

La miopía es un "defecto de la visión consistente en que los rayos luminosos procedentes de objetos situados a cierta distancia del ojo forman foco en un punto anterior a la retina", lo define la Real Academia Española (RAE). Este problema puede estar condicionado por dos factores: la genética o el ambiente, distingue Serrano Bernal.

En cuanto a los genéticos, "si ninguno de los dos padres padece miopía la probabilidad de que los hijos tengan es del 7%; en cambio, si el padre o la madre es miope, asciende al 26%; mientras que si los dos progenitores lo son, se eleva al 45%", sostiene el presidente de la entidad a partir de los estudios existentes. Junto a la familia, se encuentra la etnia: "Las estadísticas revelan que es más probable tener problemas de visión de este tipo si se es asiático que africano".

¿Cuáles son los factores ambientales? En primer lugar, desde el colegio enumeran permanecer en entornos cerrados, por lo que apuestan por el exterior. "Estar al aire libre reduce la probabilidad de ser miope, una medida que hay que tomar antes de serlo, desde niños, por ejemplo", apunta el profesional de la visión. Además, en caso de que se permanezca en el interior, no es aconsejable abusar de una luz baja, sino que se tiene que equiparar lo más que se pueda con la del exterior.

Por último, otra de las claves que facilita Serrano Bernal es la vitamina D, que se puede conseguir a través de algunos alimentos -salmón, atún, yemas de huevo, marisco, cereales, zumos de naranja o setas, entre otros- o tomando el Sol. Además hay estudios que la miopía también está relacionada con la dopamina, de tal forma que, según plantean los expertos, generar esta hormona que se conoce como del placer puede prevenir la miopía.

Otro consejo que da Carlos Serrano Bernal son las revisiones desde niños y no solo cuando se detecte el problema. En los últimos tiempos, en las ópticas han percibido un aumento del número de menores que acuden a sus consultas. ¿Cuál puede ser una de las causas? El uso de las nuevas tecnologías. "Un teléfono o una tablet a niños de 6 o 7 años debería de estar prohibido, nunca", incide Serrano Bernal.

Al parecer, con la pandemia han aumentado los problemas de visión, un hecho que puede tener su origen en menos horas al aire libre y por consiguiente más en el interior, muchas de ellas delante de pantallas. Carlos Serrano lo evidencia con que los datos del año pasado que revelan que antes de la pandemia se estaba al aire libre 1,27 horas de media al día, mientras que después fue de 0,41. Ese descenso coincide con un aumento de las horas frente a pantallas: de 3,4 al día subió a más de 8. Así, la miopía ha podido ascender de 1,4 a 3 veces más en relación a 2020, según varios estudios.

Sin embargo, ver mal o necesitar gafas no es el único problema de la miopía, tal y como avisan desde el Colegio de Ópticos – Optometristas en Aragón. "Puede haber desprendimientos de retina o desgarros retiniano y, en menor estadística, cataratas o glaucoma. A todo lo anterior se suma la maculopatía miópica", concreta el presidente.

¿Cuáles son las soluciones para la miopía?

"No hay milagros", aclara con rotundidad el profesional, aunque pone sobre la mesa algunas posibilidades que ayudarían a ralentizar su avance. En primer lugar menciona el fármaco de la atropina. "Paraliza el músculo de la macuola, el músculo ciliar. Ralentiza la subida, pero pararla es complicado. Pero al fin y al cabo es medicación y puede tener unos efectos", apunta.

Otra de las opciones son las lentillas o lentes de desenfoque periférico, que pueden ser para lente de gafa o de contacto blanda: "Esto es lo último, desde abril del año pasado hay tres casas que lo comercializan". "Por ejemplo, una persona que pueda tener 3 dioptrías, pasado un tiempo puede tener 4, sin embargo, sin el uso de estas lentes llegar a las 6. No obstante, depende de la naturaleza de cada uno y se trata de valores de media", agrega el presidente del colegio. Junto a las dos anteriores encontramos la ortoqueratología, unas lentes que aplanan la córnea. "Pero se debe hacer un uso continuado, podría ser unos 5 días a la semana, aunque lo recomendable serían 7, menos días, no funciona", concluye Serrano Bernal. 

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