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¿Qué es el tromboembolismo y por qué está aumentando entre los adolescentes?

A pesar de que esta patología es poco frecuente en edad pediátrica, los expertos alertan de su aumento a causa del sedentarismo y la obesidad.

El colesterol puede provocar que la sangre no circule correctamente por las arterias.
El colesterol puede provocar que la sangre no circule correctamente por las arterias.
Pixabay

Las tasas de tromboembolismo venoso (TEV) han aumentado en los adolescentes en las últimas décadas, en parte como consecuencia del avance en las técnicas diagnósticas, pero también por el incremento de enfermedades crónicas, empleo de catéteres venosos centrales, obesidad y el uso de anticonceptivos orales, según ha avisado el presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia y codirector del Servicio de Hematología de la CUN, José Antonio Páramo.

En este sentido, el doctor ha puntualizado que esta patología es "infrecuente" en la edad pediátrica, teniendo una incidencia de 0,7 y 4,9 por cada 100.000 niños al año, existiendo dos picos de máxima intensidad, uno en niños menores de 1 año y otro en adolescentes. En un estudio realizado en 2016 se constató que los principales factores asociados al TEV fueron la obesidad (47%), el empleo de catéteres venosos centrales (27%), infecciones (27%), sedentarismo (22%), enfermedades autoinmunes (19%9 y otras patologías (11%).

"El TEV en el adolescente resulta de la combinación de al menos dos factores protrombóticos: la obesidad y un estilo de vida sedentario. En numerosas ocasiones también está ligado al empleo de videojuegos, sin olvidar los estados trombofílicos congénitos, como el factor V Leiden o las deficiencias de antitrombina y proteínas C y S", ha recalcado el presidente de la SETH.

Del mismo modo, el experto ha avisado de que en el periodo 1980-2012 se han duplicado las tasas de obesidad en niños de 6 a 11 años, pasando de 7 por ciento a 18 por ciento, y cuadriplicado en adolescentes de 12 a 19 años, que han pasado de 5 por ciento a 21 por ciento. Un segundo factor es el sedentarismo. "Se ha calculado que los niños y adolescentes pasan una media de 8 horas diarias 'enganchados' a la televisión y hasta 13 horas a los videojuegos o participando en otras actividades digitales. Incluso se han descrito situaciones de sedentarismo extremo, llegando a más de 48 horas semanales, lo que supone un riesgo obvio de TEV, sobre todo combinado con la obesidad", ha apostillado.

Una situación que, a su juicio, hay que evitar y promulgar el ejercicio físico y una comida sana. De hecho, prosigue, diversos casos clínicos han reportado el nexo entre una exposición prolongada a los videojuegos (3 a 48 horas de forma continuada) y la aparición de eventos trombóticos (trombosis venosa profunda y/o embolismo pulmonar), lo que se conoce como 'e-trombosis'.

Esto supone una situación especial de sedentarismo, con posición sentada y piernas cruzadas durante largos período de tiempo, algo similar a lo que ocurre tras un viaje prolongado, que se considera un factor de riesgo conocido para el desarrollo de TEV. Por tanto, el doctor ha avisado de que la obesidad, estilo de vida sedentario y videojuegos representan un nuevo cóctel trombofílico en adolescentes.

Finalmente, desde la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia se ha insistido en que familiares y profesores eduquen sobre la importancia de la actividad física, de los peligros de la inmovilización prolongada, la necesidad de reducir el tiempo destinado a videojuegos y la urgencia por combatir la obesidad.

Por tanto, todas aquellas medidas encaminadas a la reducción del sedentarismo, un estilo de vida más activo, incluyendo ejercicio físico (interrumpiendo las horas de juego), dieta equilibrada y disminución del tiempo destinado a videojuegos son claves para reducir las tasas de TEV en adolescentes.

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