Siete hábitos saludables para conciliar el sueño

A la hora de irse a la cama no todo el mundo consigue caer rendido nada más cerrar los ojos.

Las sábanas y el pijama juegan un papel fundamental en el descanso.
Las sábanas y el pijama juegan un papel fundamental en el descanso.
Pixabay

Rutinas ajetreadas, madrugones, estrés laboral y más trabajo al llegar a casa: hay que hacer las tareas del hogar, preparar la cena y el ‘tupper’ del día siguiente, un ratito de televisión y, quizás, un capítulo de alguno de esos siete libros que hay que leer antes de morir. Pasada la media noche llega la hora de irse a la cama y no siempre es fácil conciliar el sueño. Es entonces cuando el agobio nocturno se apodera de cuerpo y mente, y da igual cuántas horas pasen, que descansar se convierte en una misión casi imposible.

Aunque a menudo los somníferos parezcan la mejor opción, la realidad es que con una buena higiene del sueño podemos ser capaces de caer rendidos a los encantos de nuestra cama en cuestión de minutos. ¿Cómo? Bajo estas líneas acercamos algunas claves que, de manera coordinada y encadenada, nos ayudarán a conciliar el sueño de manera más sencilla y rápida.

A partir de las nueve, desconectar de la rutina. El estrés que produce la rutina, los problemas y las malas noticias afectan a la alerta de la corteza cerebral, lo que impide conciliar el sueño con normalidad. Aunque sea difícil, al llegar a casa es conveniente respirar profundamente e intentar dejar de lado todas las preocupaciones, ya que, además, de este modo, disfrutaremos más del tiempo con la familia. En la televisión, evitar programas violentos y estresantes. Es inevitable, en la mayoría de los casos, disfrutar un ratito delante de la televisión antes de irnos a la cama. Si lo hacemos, lo mejor es elegir programas culturales, de viajes o documentales alejados del sadismo y la violencia, pues nos ayudarán a relajarnos durante las últimas horas del día. Una buena ducha templada para relajar la musculatura. Antes de cenar, una ducha sin prisas ayudará a desconectar y sobre todo a relajar la musculatura (una de las partes del cuerpo más afectadas por el estrés). La cena, suave y al menos dos horas antes de irse a la cama. La clave de una buena cena es que no sea ni muy pobre (para evitar atracones nocturnos) ni muy abundante, y que contenga alguno de los alimentos que ayudan a conciliar el sueño. Es esencial quedarse satisfechos y hacerlo al menos dos horas antes de irse a la cama, para evitar que el descanso coincida con la digestión.  Una limpieza de nariz y garganta para no roncar. Los ronquidos suelen ser causantes del mal descanso en casa, bien sea porque despiertan al que los produce o porque desvelan al que se encuentra en un radio de tres metros.  Para evitarlo, una limpieza de nariz y garganta con una solución salina y ¡listos para descansar! La habitación, el refugio nocturno. El dormitorio debe considerarse un templo del descanso y, si es posible, no darle otro uso que no sea el de dormir. Además, es importante (y no solo porque lo aconseje el ‘feng shui’) que no haya plantas ni una decoración estridente plagada de objetos que nos distraigan antes de irnos a la cama. En la cama hay que cuidar hasta el último detalle. El tipo de colchón (lo más recomendable de muelles), las sábanas de algodón y un pijama que nos permita el movimiento son claves también para tener una buena higiene del sueño.Ir al suplemento de salud

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