"El principal enemigo de las vacunas es su propio éxito"

La coordinadora nacional del Grupo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria desgrana en Zaragoza la importancia de la vacunación como medida preventiva.

La doctora Esther Redondo, coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de Semergen.
La doctora Esther Redondo, coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de Semergen.

Las infecciones neumocócicas son una causa importante de morbilidad, hospitalización y mortalidad en todo el mundo. De hecho, la incidencia de la enfermedad neumocócica invasora (ENI) en personas de más de 65 años es de 20 casos por cada 100.000 habitantes al año y supone una tasa de fallecimientos, cuando hay presencia de la bacteria en sangre, que puede llegar al 30% en este grupo de población, según datos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).


"La vacunación del adulto es una asignatura pendiente en toda Europa y, en concreto, uno de los principales retos en este ámbito es prevenir la infección del neumococo", subraya la doctora Esther Redondo, coordinadora nacional del Grupo de Actividades Preventivas y Salud Pública de Semergen. 


Con motivo del III Congreso Autonómico de los Médicos de Atención Primaria, que se celebra este sábado en Zaragoza, la doctora Redondo hace hincapié en la importancia de la vacunación como "medida preventiva" y detalla cuáles son los principales retos en materia de salud pública. 

-¿Qué es el neumococo y qué complicaciones provoca?

-El neumococo produce dos tipos principales de enfermedad: unas formas muy graves -que son enfermedad neumocócica invasora- y otras formas menos graves -mucosales-. En la actualidad, la forma más común en niños es la otitis y, en el adulto, la neumonía. Un dato significativo es que entre el 30 y el 35% de las neumonías españolas se producen por neumococo, y del total de neumonías que se hospitalizan, el 40% se debe a esta infección. El neumococo es la bacteria más frecuente que origina las formas más graves de neumonía, y de aquellas que requieren hospitalización, un 10% acaban en la UCI y tienen riesgo de muerte.-¿Debería uno vacunarse?

-Sin duda alguna, aunque la vacunación del adulto es una asignatura pendiente en toda Europa. En 2013 se publicó un artículo sobre el estado vacunal de las tres principales vacunas del adulto -tétanos, gripe e infección neumocócica- y la cobertura se situaba por debajo de lo recomendado. En el caso del tétanos, el porcentaje de adultos vacunados era del 70%; en el de la gripe, no llegaba al 50% -cuando la OMS indica que como mínimo hay que alcanzar el 75%-, y en el caso de infección neumocócica, la tasa de vacunación se situaba en torno al 10%. Si todos, con unas altas tasas de cobertura vacunal, nos defendemos contra ella, no seríamos un mecanismo de transmisión de la enfermedad.-¿Qué riesgos entraña para el adulto ignorar estas recomendaciones?

-Para la gripe, el riesgo de no vacunarse es altísimo, porque en personas mayores y enfermos crónicos, que es cuando se recomienda la vacuna, la enfermedad puede tener consecuencias que suponen una mortalidad importante. El neumococo se ceba en el mismo grupo de pacientes crónicos que la gripe -respiratorios, cardíacos, renales, con patología hepática crónica, diabéticos y mayores de 60 años, entre otros-. En muchos casos, esto supone una hospitalización y un gasto sanitario muy elevado; y en otros, la muerte del paciente. Se estima que el coste anual por neumonía en España es de unos 500 millones de euros, es decir, casi 5.400 euros por caso; y esto se pude prevenir con 72 euros (el coste aproximado de la vacuna del neumoco). El no vacunarse hace también que la persona sea un factor de riesgo para el vecino, porque no se controla la infección.-¿Qué aporta la nueva vacuna antineumocócica?

-La nueva vacuna neumocócica ofrece una respuesta inmunitaria mucho más robusta, contundente, especifica y duradera en el tiempo; y, además, prácticamente no tiene ningún efecto secundario. -¿Cuáles son las recomendaciones a la hora de ponerse la vacuna?

-La recomendación va a depender de la carga de enfermedad, la situación epidemiológica de esta y las condiciones presupuestarias de cada momento. Ahora mismo, las autoridades sanitarias públicas en nuestro país cubren la vacuna conjugada y la 23-valente para todas las personas que tienen el sistema inmunitario mal (pacientes inmunodeprimidos), bien por problemas oncológicos, leucemias, mielomas, pacientes trasplantados o aquellos que estén con tratamiento inmunosupresor. En los últimos años, las condiciones económicas han cambiado mucho y esto genera una polémica añadida: la administración pública debe priorizar la gestión de estos recursos, pero eso no implica que no existan. Como médico, estoy obligada a recomendar a mi paciente cuál es la mejor prevención en su caso. Aunque la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente no esté financiada por el Sistema Nacional de Salud, va a suponer un beneficio para cada persona. Si yo veo que en consulta tengo una enferma con asma o Epoc, me parecería un crimen no decirle que existe esta vacuna y que le va a reportar un beneficio enorme. 


-¿Tiene presencia en España el movimiento antivacunas?

-El movimiento existe y, a través de foros y redes sociales, está alcanzando más popularidad que hace unos años en determinados países como Inglaterra, Alemania o Estados Unidos. Sin embargo, nuestro país no es de los más 'antivacunas'. Gracias al esfuerzo de los pediatras, España ha sido la envidia en cuanto a coberturas de vacunación infantil alcanzadas. El esfuerzo que tenemos que hacer ahora es intentar que esas coberturas no decaigan y trasladar esa vacunación al entorno del adulto, porque estos no tienen conciencia de que deben vacunarse o temen - por creencias absurdas- que la vacuna pueda producir la enfermedad en algunos casos. La población debe vacunarse para que no decaiga la inmunidad de grupo, que se puede ir perdiendo a lo largo de los años.-Sin esperar a que se dé un brote…

-El principal enemigo de las vacunas es su propio éxito. La vacunación es tan eficaz que consigue hacer olvidar a la población los peligros y los riesgos que tienen determinadas enfermedades. Nadie teme a la difteria o a la poliomielitis porque no las conocen; y no las conocen gracias a las vacunas. Entonces se baja la guardia y cuando de forma ocasional, debido a ese 'bajar la guardia', aparece un caso, es cuando de nuevo aparece el temor que lleva a adoptar medidas para prevenir la enfermedad. Este es un ciclo que se repite, en general, desde la implantación de la vacuna hasta que cae la percepción de riesgo en la población.-¿Quién tiene la responsabilidad de informar de estas medidas preventivas?

-Todos somos responsables: desde los profesionales sanitarios a los medios, pasando por la Administración y el propio paciente. Los médicos tenemos la obligación de informarle de todas las actividades preventivas que pueda haber y discutir con él en cada caso lo que creemos mejor para su salud; pero el paciente debe implicarse y tener una actitud responsable. Lo que hay que saber transmitir a la población son las ventajas o inconvenientes de una medida. No podemos ser paternalistas. Una persona bien informada es más receptiva y adopta decisiones acertadas.


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