Vuelvo del Mercado Central dando un rodeo hacia la calle Manifestación, que está en obras y es una calle que me gusta mucho. Para llegar a ella paso por la calle del Buen Pastor, que desemboca en la plaza del Justicia por la parte de la Iglesia de San Cayetano. 

Suelo detenerme ante lo que fue el colegio de los Labordeta. Alzo mi vista hacia la placa en la que se dice que allí nacieron y vivieron los poetas Miguel Labordeta y José Antonio Labordeta. Mentalmente saludo al Abuelo, digamos que invoco su espíritu pues imagino que anda por estos lares. Su hija Ángela escribió: “Digamos que el mercado central era su buque y el útero en el que refugiarse de tantos días en blanco y negro con escorzos en rojo”. La calle es corta y sombría y parece que en ella el tiempo se arremolina o remolonea, no sé. 'En el remolino' se titulaba una novela muy original que publicó en 2007. Una mariposa negra vuela delante de mí. No me da miedo a pesar de lo que dicen los supersticiosos, que las mariposas negras anuncian una muerte. “Hoy quisiera/ no saber las palabras,/ olvidarme los ritos, las maneras,/ ser tan libre como la mano de una niña,/ o el ojo de un pájaro en la niebla.”, escribió en uno de sus melancólicos poemas. La mariposa negra me guía por la calle de Santa Isabel en vez de por Manifestación, y luego desaparece. Al día siguiente salta la noticia de la muerte de Rosendo Tello, el último superviviente del grupo poético de la Tertulia del Niké fundada por Miguel Labordeta. El Abuelo estaría hoy bastante triste. El espíritu del Niké, sin embargo, de alguna forma sigue vivo. “Será el lenguaje un acto inmemorial/ y el poema será testimonio de la ausencia.”, escribió Rosendo Tello.

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