Democracia y respeto

Sesión de control al Gobierno en el Congreso ESPAÑA CONGRESO CONTROL
Sesión de control al Gobierno en el Congreso 
Gabriel Luengas

Lejos de lo que cabría esperar del desarrollo democrático de nuestra sociedad, asistimos a la constante y desagradable escalada de la crispación política y la violencia verbal entre políticos, derivada de la radicalización de los discursos y las continuas faltas de respeto entre miembros del gobierno y oposición.

Las definiciones del término ‘política’ se refieren a la ciencia relativa al gobierno de los Estados; el arte de negociación para conciliar intereses, y la forma de cómo hacer para lograr la convivencia en una ciudad, estado o nación.

La democracia que tanto ha costado construir a lo largo del siglo XX, se tambalea en los años de este siglo atizada por la tensión entre los políticos con lamentables espectáculos atacándose e increpándose entre sí, descalificando al contrario llegando al insulto, recriminándose los trapos sucios y avergonzando a los ciudadanos con sus discusiones lejanas al diálogo necesario para alcanzar un bien común.

Los grandes avances conseguidos en el siglo pasado para la creación de una Europa unida no podíamos imaginar que iban a retroceder peligrosamente por haberse abandonado el principio básico y esencial de una democracia: el respeto a la opinión distinta. Eso lleva a transgredir límites primordiales; que se pueda atentar contra la vida de un político o gobernante, o que un presidente como el argentino pueda acusar a la familia del presidente español despreciando la presunción de inocencia y sin que haya habido ni juicio ni condena.

La radicalización de extremos y la intolerancia con la expresión de la opinión contraria ha llegado al odio verbal y a la escenificación de una violencia que se traslada a la sociedad. Los ciudadanos están crispados, preocupados, inseguros y desorientados como expresión del modelo de relaciones que transmiten los políticos.

Al adversario se le ve como enemigo, y la diferencia de opinión se ve como amenaza. ¿No es hora de que los políticos asuman su responsabilidad en la generación de la violencia social que vivimos, y del riesgo de que pueda convertirse en habitual? 

Magdalena Lasala es escritora. Premio de las Letras Aragonesas

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Magdalena Lasala en HERALDO)

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