Guerra y comercio en el Tourmalet

Celebración del consejo de negocios franco-chino entre Emmanuel Macron y Xi Jinping.
Celebración del consejo de negocios franco-chino entre Emmanuel Macron y Xi Jinping.
Sarah Meyssonnier

Las "complejas relaciones"–así las ha valorado Ursula von der Leyen– entre la Unión Europea y China vivieron ayer una jornada supongamos que cordial casi a la vista de las cumbres aragonesas de los Pirineos, en el collado del Tourmalet y la estación francesa de esquí de La Mongie. 

Hasta allí, como quien dice a un tiro de piedra de Bielsa o de Panticosa, se llevó Emmanuel Macron a su colega chino para pasar juntos unas horas más distendidas y algo alejadas del mundanal ruido dentro de la visita de Xi Jinping a Francia. Una ‘cumbre en el collado’ que aporta uno de esos toques personales que se espera que ayuden a suavizar las fricciones de una diplomacia que tiene que lidiar con cuestiones graves, como las tensiones comerciales, o gravísimas, como la guerra de Ucrania. Mientras tanto, miles de automóviles fabricados en China, muchos de ellos eléctricos, abarrotan instalaciones de algunos puertos europeos, como el de Amberes o el de Barcelona, en espera de inundar el mercado de la Unión. Y Putin, a quien Xi continúa prestando su amistoso aunque por ahora limitado respaldo, ordena amenazadoras maniobras con armas nucleares. No, las relaciones de Europa con China no son fáciles, y eso que los dirigentes europeos, para no complicarlas todavía más, están dispuestos a olvidarse de cuestiones ‘menores’, como el escaso respeto del gobierno chino a los derechos humanos y las libertades políticas, o su presión armada sobre Taiwán y los mares de su entorno. Con tantas hazañas ciclistas como ha conocido, el Tourmalet fue ayer escenario de una meta volante, quizás modesta, pero significativa, en la larga carrera que está reconfigurando los equilibrios mundiales –comerciales, políticos y militares– y en la que la Unión Europea, a diferencia de China, todavía no tiene claro a qué aspira ni con qué fuerzas cuenta. Ojalá que no nos entre la pájara.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Víctor Orcástegui en HERALDO)

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