Iris Lázaro, pintora tan reconocida como discreta, disfruta de su vida y de su trabajo, dibuja y pinta en paz, igual que su marido, Eduardo Laborda, embarcado en dibujar con sutileza de bisturí una obra épica de largo alcance.

Eduardo ha dado algunos libros notables, Zaragoza sumergida, la vida del dibujante y periodista Chas, revistas míticas. Tomos con fotos únicas de Zaragoza y sus gentes, edificios, personas, objetos. Aragón, arte, tiempo. Museos portátiles. Iris y Eduardo han expuesto en la Lonja y tienen obra visible, clientes, respeto. En la Casa de la Mujer hay una expo comisariada por Desirée Orús y titulada 'Los 70 son nuestros y los 80 también. Artistas plásticas zaragozanas'. En lugar destacado hay un óleo increíble, al filo de la abstracción: muestra a unas personas, brillan los zapatos saliendo de la niebla o vapor, una figura se envuelve en una bocanada de humo, es un cuadro prodigioso. Es de Iris Lázaro y ganó el primer Premio del Concurso Iniciación a la Pintura Mariano Barbasán, convocado por el Ayuntamiento de Zaragoza en 1974 (su tercera edición). El cuadro, de colores fuertes, no ha perdido ni un ápice de viveza, brillo, poderío. Es magnífico. Ha estado en el almacén municipal. Iris Lázaro, que lo pintó con 21 años, no había vuelto a verlo. En la expo hay obra y vidas de catorce pintoras, estará abierta hasta el 6 de septiembre, casi no hay tiempo de verla con calma, tal como van o vienen las cosas. El cuadro, de 146 por 114 cms, se titula, 'Gente'. Las caras están borrosas, avanzan o esperan, cuenta quizá el cruce de los tiempos, la ciudad eléctrica, el humo y la niebla, las luces, este presente siempre yéndose.

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