Cuando no se acude a la cita

En un artículo publicado en HERALDO en el mes de abril se decía que en los últimos siete meses en Aragón ha habido cerca de 35.000 citas en Atención Primaria a las que el paciente no ha acudido y que tampoco ha anulado. 

Y que somos la Comunidad autónoma en la que más ha aumentado esa cifra, con un crecimiento del 10%. Hasta aquí sería una información correctísima, y tremenda a la vez, si no fuera porque en alguno de los centros no cogen ni el teléfono. Mi experiencia en el centro Parque Roma es que para cualquier gestión, incluida una modificación o cancelación de cita, o vas presencialmente o es totalmente imposible. Y no siempre es fácil poder ir presencialmente, además de las largas colas que suele haber. A esto habría que añadir que una cita nueva de Atención Primaria estaría entre 10 y 14 días. Más si es telefónica. Pero esto no cambia mucho en especialidades. En el Ramón y Cajal (mi caso también particular), para cancelar una consulta urológica debido a que sin una ecografía, pendiente desde hace tiempo, la consulta no tiene sentido, pasa lo mismo. No cogen el teléfono. O vas antes personalmente o se pierde. Con lo cual no se podría aprovechar para otra persona que lo necesita. Lo curioso es que ellos mismos te animan a presentar una queja sobre este servicio. En última instancia, lo que es una realidad es que el paciente es siempre el que paga las consecuencias. La Consejería es muy amplia, pero no echemos la culpa solo a los de arriba, que es lo fácil. Todos tienen que ponerse las pilas. La sanidad son todos.

Pablo Luis Ruiz Franco. ZARAGOZA

Los sesenta años del Perpetuo Socorro

El 9 de mayo de 1964 se celebró la erección canónica de la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en la avenida de Goya de Zaragoza, encomendada a los padres redentoristas, siendo su primer párroco el padre Moisés Latasa. Desde el primer momento mis padres y yo decidimos unirnos a las actividades parroquiales con muchísima ilusión. Han pasado 60 años. Y a lo largo de ellos, ¡cuántas vivencias, cuánto trabajo realizado! Mis padres ya fallecieron, pero me dejaron su legado y ahí sigo, dedicando mi tiempo y mi trabajo a mi parroquia y a sus necesidades. La Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue desde el primer momento una gran alegría para el barrio. En ella hemos trabajado muchas personas en variedad de actividades. Comenzamos con pequeños grupos de jóvenes, hombres y mujeres de Acción Católica y otras muchas acciones que se han ido adaptando a nuevas exigencias. Mi fe fue madurando en esta comunidad hasta convertirse en una fe adulta y de una manera especial creció mi amor por la titular de la Parroquia, la Virgen del Perpetuo Socorro. ¡Cuántas veces he orado a los pies de esta Madre que siempre me ha escuchado y me ha dado fuerzas para seguir adelante en las dificultades! He compartido momentos maravillosos de amistad y de formación con quienes en ella han trabajado y quiero destacar que siempre he sentido la Parroquia como mi segunda casa y a todos los padres redentoristas que por ella han pasado, mi segunda familia. Los llevo a todos en mi corazón. Ahora ha llegado el momento de celebrar estos sesenta años. Para ello hemos preparado distintas actividades, destacando la presencia de nuestro arzobispo en una eucaristía. Desde la emoción y el recuerdo de tantos años compartidos con la comunidad redentorista, mi agradecimiento al Señor, que junto con Nuestra Señora del Perpetuo Socorro nos han ayudado a no desfallecer y nos siguen ayudando a mantener viva y fecunda la misión de la parroquia.

María del Carmen Buatas Román. ZARAGOZA

El Gobierno y el refranero

Compruebo lo sabio que es nuestro refranero, a pesar de que la gente joven no lo conoce, siempre tiene razón. Y me refiero a uno que dice «consejos vendo que para mí no tengo». El presidente del Gobierno, después de unos días de reflexión y tras decidir que seguiría, se autoproclamó defensor de los políticos diciendo que iba a acabar con los insultos. Pero apenas tres días después, uno de sus ministros, Óscar Puente, lo mete en un problema al insultar al presidente de la República de Argentina, elegido en las urnas. Habrá que regalarles un refranero y explicárselos uno por uno.

José Manuel Saqués Lasaca. ZARAGOZA

María, no hace falta decir más

Los integrantes del Coro del Colegio Alemán de Zaragoza, a los que se une la Junta Directiva del Colegio, que es su mecenas, quieren manifestar el cariño, respeto y agradecimiento a María Rico. Nuestra compañera y amiga María cumple 90 años. Esa razón sería más que suficiente para escribir estas líneas. Pero este escrito no es una felicitación, sino el reconocimiento de las muchas cualidades de nuestra compañera. Por su prudencia, su compañerismo, su saber estar, su tesón, su cariño hacia todos nosotros. Pero, sobre todo, por su amor a la música que la lleva a asistir a todos los ensayos y conciertos del Coro desde 2007, cuando tuvimos la suerte de que se incorporara a este grupo de amigos amantes de la música, como ella. Es digna de encomio por seguir en la brecha a sus 90 años. Y más digna, si cabe, por el resto de sus cualidades que la hacen única y un ejemplo a seguir. Las felicitaciones por su cumpleaños, los abrazos y los parabienes los recibirá personalmente de cada uno de nosotros en cuanto tengamos ocasión. María no es un miembro más del Coro del Colegio Alemán de Zaragoza. Es María. Y para quienes tenemos la suerte de conocerla, no hace falta decir nada más.

Marisa Quintana y sus compañeros del Coro del Colegio Alemán. ZARAGOZA

El contenedor y sus pedales

Muy interesante el artículo explicando cómo funciona el contenedor marrón. Del Ayuntamiento nos han mandado unos folletos de colorines con la tarjeta, pero no explican que hay que utilizar bolsas compostables. En San Sebastián repartieron los cestillos y tienen una máquina que, al acercar la tarjeta, te indica si ya tienes derecho a recoger tu rollo de bolsas, creo que es cada dos meses. Yo ya tengo mi cestico y he conseguido bolsas compostables en un supermercado. Y lo he estrenado. Por cierto, que los pedales, para mujeres de metro y medio, son una odisea, debió de diseñarlos algún mocetón.

Juana Mary Lecumberri Romea. ZARAGOZA

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