Echa uno la vista atrás para ver cómo huye, rápido, como todos, un abril tramposo, con aires furtivos, de estela amarga y nutridos recuerdos. Que conforman un mural coloreado por el paso a paso de la vida. 

Aquel fresco se me apareció en la despedida de Rafael Bardají, en la que se me actualizaron en el alma memorias archivadas, recuperadas en un encuentro breve y emotivo, envuelto en torbellino de sentimientos. Guardo remembranzas personales de un reconocido periodista, jefe y compañero en HERALDO, de perfiles ya muy bien esbozados por sus más cercanos y amigos.

Enredados en ramilletes, como las cerezas que se entrelazan unas con otras, activo historias de aquellos años viejos, y se me aparecen las vivencias de algunos de los que también se han ido a destiempo, cosidas en imágenes de páginas amarillas. Recupero de entonces el empeño profesional de Miguel Asensio por dignificar la información comarcal, semillero de historias grandes; o de Carlos Moncín, forjador de vidas y relatos en el instante de la fotografía.

Con asombrosa puntualidad, abril me lleva también a recordar, vinculado al título zaragocista de la Copa del Rey de 1994, a otro compañero de redacción a quien Dios también se quiso llevar muy pronto, Javier Caridad, padre feliz justo el día anterior a la disputa y la conquista del torneo. Revivo la imagen de una alegría que compartía en la redacción, en primera línea, coordinando el trabajo de quienes contábamos una gesta sellada por la parada de Andoni Cedrún y rematada por Higuera en la ruleta de los penaltis.

Despegó abril en la alegría de la semana de Pascua, estela del Domingo de Resurrección, y se nos ha ido con el duelo impotente de un nuevo adiós; el de otro profesional del Real Zaragoza, Santi Olmo, mano derecha de Juan Carlos Cordero en la Dirección Deportiva, fallecido en accidente al pie de la Ciudad Deportiva zaragocista.

Desenvuelvo mayo con la ilusión de nuevos empeños y retos. Sin perder de vista a quienes dejan una marca que perdura, ordenados sus recuerdos en la estantería principal de mi memoria.

Miguel Gay Vitoria es periodista

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