Urbanismo de Zaragoza: La Torre Nueva nueva

Iglesia de San Felipe y Santiago el Menor, con la Torre Nueva.
Iglesia de San Felipe y Santiago el Menor, con la Torre Nueva.
Lámina Hauser y Menet. Colección Manuel Ordoñez.

Si hay campo de fútbol ha de haber torre: si hay Romareda nueva ha de haber Torre Nueva nueva. Lo horizontal pide lo vertical, ¡por Pitágoras! Genial que haya, por fin, un mecenas, y que se haga una fundación que admita y aliente más apoyos, seguro que hay muchas personas y entes diversos que aportan algo o mucho para tan noble & ardua hazaña.

¡La Torre Nueva! Estaría bien que la obra de Shakespeare Cuento de Reyes que ha arrasado en el Teatro del Mercado se repusiera, como suele hacerse cuando una obra triunfa, y aún estaría mejor que se reestrenara en el Teatro Principal. El papel de burócrata del “no” que interpreta Alberto Castrillo Ferrer en La estrella azul propone un debate sobre ese perfil y su pervivencia (o no). La Torre Nueva ya está en marcha en las imaginaciones, y con dinero. De momento el Ebro guarda silencio… pero el perfil inclinado, tan garboso, se cuece en los bits de cada cual, los bits emocionales de Zaragoza... y tantas multinacionales, algunas locales, que aprecian la logística y la pax aragonesa bien pueden apoyar al hito que apunta a lo más alto... y con mecenazgo local (un recuerdo a Juan Bruil). La Torre Nueva culmina el largo despegue de Aragón, el mudéjar a pleno brío. La Torre del Agua fue la Torre Nueva de la Expo, pero –de momento– no se ha inclinado y en tantos años no le hemos encontrado uso y disfrute, aunque si se hace una Romareda provisional en el Parking Norte se podrían ver los partidos desde esas alturas. La Torre Nueva tiene que levantarse aunque solo sea por acompañar a la torre inclinada de San Juan de los Panetes, así habrá dos torres inclinadas, ¡el doble que en Pisa!

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Mariano Gistaín en HERALDO)

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