Erigir la nueva Romareda con menos afecciones
La sociedad La Nueva Romareda, S. L., integrada por el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza y el club, levantará un campo provisional en el Parking Norte de la Expo con 20.000 localidades para que el equipo pueda jugar ahí sus partidos locales mientras se construye el estadio. Los ajustados plazos para cumplir los requisitos de la FIFA y el interés por minimizar las molestias a los aficionados han llevado a optar por jugar fuera del viejo coliseo durante buena parte de las obras. La construcción se podrá realizar así en menos tiempo, con más seguridad y con menos afecciones a los ciudadanos.
El Ayuntamiento parecía más proclive al plan A (jugar en La Romareda durante las obras) hasta la semana pasada, cuando se presentó el proyecto básico del nuevo estadio. El arquitecto César Azcárate aseguró entonces que durante el periodo de construcción se podría garantizar la presencia de 21.000 aficionados, pero podría haber contratiempos y retrasos. En la entrevista publicada por HERALDO, el propio Azcárate aclaró que «si el Real Zaragoza jugara fuera de La Romareda se ganarían hasta dos años en las obras», previstas para cuatro años. El ahorro de tiempo es una prioridad por múltiples motivos. El principal perjuicio es el coste del estadio desmontable (menos de 10 millones), que se utilizaría en la temporada 2025-2026. A cambio, proporcionaría bastantes beneficios. Primero, una reducción de los gastos de construcción y un adelanto en la generación de ingresos por su explotación. Segundo, una menor incertidumbre respecto a los plazos. Tercero, se reduciría la incomodidad que tendrán que soportar los socios que acudan al estadio a ver los partidos en un estadio en obras. Y cuarto, y fundamental, la ciudad y los ciudadanos tendrían que convivir mucho menos tiempo con una gran área hospitalaria en obras.
