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Cartas al director de HERALDO: ¿Por qué hemos arruinado la Tierra y al hombre?

¿Por qué hemos arruinado la Tierra y al hombre?
¿Por qué hemos arruinado la Tierra y al hombre?
Pixabay

¿Por qué hemos arruinado la Tierra y al hombre?

Por qué hemos arruinado la tierra y los corazones de muchos hombres son de piedra y no de carne? Porque tenemos una tendencia al mal por la que hacemos lo que no queremos. 

Ello también se debe a un sistema económico depredador en la producción y derrochador en el consumo y a un sentido personal individualista y materialista, al menos en general en Occidente. Este materialismo hace que se considere al trabajador como un recurso, como si fuera un ordenador, por ejemplo, y no una persona con su dignidad, y a la empresa como una máquina de hacer dinero a toda costa, y no como una comunidad humana que debe ser cuidada por los trabajadores directivos. Sueldos, horarios, condiciones de trabajo son decididos unilateralmente, en un mercado despiadado aun en las economías que se dicen sociales. Ejemplos son las grandes superficies frente a las tiendas tradicionales, o los horarios continuos en las farmacias, por no hablar de las compras digitales. El Papa dice en ‘Laudato Si’ que la tecnología da poder a quienes tienen conocimiento y dinero sobre el resto del mundo. ¿Se utiliza bien? El crecimiento ilimitado estruja hasta el límite los bienes de la Tierra. Él llama a esto el paradigma tecnocrático, que contradice la realidad hasta dañarla. "El hombre moderno no está preparado para usar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no está acompañado de un desarrollo del ser humano" (Romano Guardini). Nos faltan ética, cultura y espiritualidad que limiten el poder o éste nos llevará a la ruina.

Javier Pueyo Usón. ZARAGOZA

Un robot doméstico

Se habla mucho de robots con inteligencia artificial. Siempre ha estado en mi pensamiento un mono adiestrado para las tareas del hogar, pero no puedo imaginar sentarlo en la mesa de comer con un delantal y que me hiciera caso a lo que le mandase. 

Ahora pienso que es mejor un robot para los trabajos caseros. Un robot de tamaño humano en un hogar familiar sería muy útil. No comería, lo cargaría de electricidad por las noches, como al móvil, sentado en una silla. Le llamaría Pepe y gozaría de belleza humana. A mi padre le ayudaría a asearse, estaría al tanto de su medicación y de su alimentación, jugaría a las cartas con él pero tendría que dejarse ganar alguna vez. A los niños les ayudaría a estudiar y les resolvería los problemas más complicados. Controlaría los gastos de casa, no permitiría los que no vinieran al caso. Un robot amable, que se pudiera hablar tranquilamente con él, que estuviese programado para dar buenos consejos. Que supiera cuidar las plantas del balcón. Salir a pasear de su brazo y que llevase las bolsas de la compra. Por supuesto, las faenas corrientes de la casa, como fregar, limpiar, lavar la ropa, planchar y hacer la comida, dando gusto a toda la familia. Tan perfecto me lo imagino que le besaría y lo abrazaría.

Pilar Valero Capilla. ZARAGOZA

Europa, un estado de ánimo

La frase de Jacques Delors, "Europa no solo tiene que ver con resultados materiales, sino también con un espíritu. Europa es un estado de ánimo", cobrando especial relevancia en el momento actual, marcado por diversos desafíos: crisis económica y social; guerra en Ucrania; ascenso del populismo y del euroescepticismo; crisis climática. En este contexto, la idea de Europa como «estado de ánimo» tiene especial relevancia. Se trata de cultivar un sentimiento de pertenencia a una comunidad compartida, basada en valores comunes como la paz, la democracia, la solidaridad y el respeto a la diversidad. El viejo continente tiene que promover la educación adaptada a los tiempos presentes, fortaleciendo la participación ciudadana, junto a una mejor comunicación de los beneficios de la pertenencia a la UE. Dentro de pocos meses nos jugamos el futuro del club europeo en unas elecciones que pueden ser un punto de inflexión para mayores avances o retrocesos. Hoy, la atención es la posible guerra con Rusia, que puede incidir en las urnas, a través de las clásicas ‘fake news’. ¿Qué harán los dirigentes para evitarlas?

Pedro Marín Usón. ZARAGOZA

La mili, ¿para cuándo?

Advierte Margarita Robles, ministra de Defensa, que hay amenaza de guerra; más cuando Rusia ha renovado a Putin en las elecciones. Dinamarca ha implantado la mili de once meses para hombres y mujeres, Suecia alerta a la población de que debe prepararse para una guerra, Macron declara que hay que estar preparados por si Rusia ataca, lo mismo manifiesta Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. El presidente del Consejo Europeo ha declarado que Europa debe pasar a una economía de guerra y reforzar sus capacidades de defensa ante la amenaza de Rusia y la posible no participación de EE. UU., de manera que si queremos la paz debemos estar preparados para la guerra. ¿Pero qué es lo que hace la ministra Robles? Contarnos el cuento de los tres cerditos. Pues sin una buena planificación, sin medios materiales y humanos, difícilmente se construirá una defensa que soporte los soplido del lobo feroz Putin. Aznar se cargó la mili en un ataque de progresismo, fue un error. La mili es necesaria, porque todo ciudadano debe tener una mínima preparación para la defensa del país que le garantiza su libertad.

Agustín Aznar Sánchez. ZARAGOZA

Con la sangre alterada

No es precisa la llegada de la primavera para que la sangre se altere. Lo cierto es que vivimos con la sangre permanentemente alterada. Y esa continua alteración no deja disfrutar la estación de las flores, en teoría la más bella. Quizás el astro rey, que empieza a ponerse pelmazo, sea en parte culpable de esa alteración sanguínea que provoca ese clásico de la política, el ‘y tú más’, cada vez que se aborda la corrupción. Corrupción en la trama de las mascarillas, peor incluso que la de los ERE: esta se tramó con el dinero de los parados, lo que parecía insuperable hasta que se ha descubierto el negocio a costa de los cadáveres apilados en las morgues colapsadas de virus y lágrimas. Mientras la pandemia nos sometía a todos a un estado de alarma, algunos representantes del poder, culpables o no, cerraban sus ojos para no ver que gentes muy cercanas a ellos se forraban con las mascarillas. Y eso no lo pudo hacer solo un portero de prostíbulo.

Daniel Gallardo Marín. GARRAPINILLOS (ZARAGOZA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

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