Por
  • Katia Fach Gómez

Se vienen cositas

Un momento del programa 'Amén. Francisco responde'
Un momento del programa 'Amén. Francisco responde'
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La frase "se vienen cositas" lleva tiempo campando a sus anchas por las redes sociales. Como suele suceder con estas muletillas que se ponen de moda, su origen es incierto. 

Las distintas hipótesis que circulan en torno a la autoría intelectual del "se vienen cositas" son tan diversas como variopintas: su creador podría ser un locutor de radio español, un cantante colombiano con dos canciones así tituladas, el presidente chileno Boric o incluso el Papa Francisco. Este último, con naturalidad y simpatía, afirmó que "muy pronto se vienen cositas" en una promo de "Amén. Francisco responde", el documental de Évole. Quienes suelen recurrir al "se vienen cositas" parecen sentirse arropados por este eslogan. La frase les ayuda a sembrar la curiosidad en una comunidad de seguidores que, cual tamagotchi, no cesa de reclamar atención y trato preferente. Como dirían los modernos, "se vienen cositas" sirve para dar ‘hype’. Puede suceder, sin embargo, que las cositas en cuestión terminen siendo una nadería que ha generado esperanzas injustificadas. Tal vez por ello, en las redes no es difícil encontrar comentarios enconados contra el "se vienen cositas". Sus mayores detractores quizás un día sufrieron en sus propias carnes la insuperable decepción de una expectativa hiperbólica.

¿Cómo serían nuestras vidas si no estuviésemos constantemente pendientes de que "se vengan cositas"? La respuesta está en libros como ‘Vida contemplativa: Elogio de la inactividad’ del filósofo Byung-Chul Han. Sus reflexiones, más que "cositas", son "cosazas". 

Katia Fach Gómez es profesora de la Universidad de Zaragoza

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