Un momento para corregir el rumbo en el Gobierno

Tras el éxito electoral del PP en Galicia y el fracaso de Vox, la izquierda asimila los cambios que se han producido en su bloque. El BNG sube ocho puntos, supera el 30% y logra su mejor resultado. 

A cambio, el PSOE pierde cinco puntos para obtener su peor registro en democracia. Podemos casi desaparece y Sumar no pasa del 2%. Los socialistas tratan de pasar página tan rápido como sea posible, pero dentro del partido algunos piden autocrítica. El presidente manchego García-Page reclama una "profunda reflexión".

Las elecciones gallegas tienen una evidente lectura autonómica, pero también otra en clave nacional: el duelo entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez lo ha perdido el socialista de manera clara. Por eso, en Ferraz intentan cauterizar a toda prisa la herida electoral que se ha abierto en Galicia para que no desangre al líder del PSOE. La portavoz de su ejecutiva, Esther Peña, ha desvinculado el revés de la tramitación de la ley de amnistía y niega que las políticas de Sánchez estén engordando el soberanismo. No obstante, muchos socialistas que ya observaban con preocupación la evolución de las relaciones con Junts, ahora reclaman un giro de timón. El inquilino de la Moncloa debe realizar un análisis, pensando en el país, sobre las cesiones que ha hecho al partido de Carles Puigdemont. Las urnas, aunque sean de una sola comunidad, le brindan una valiosa ocasión para valorar si las cesiones al independentismo están detrás de una corriente de fondo que lamina a su partido.

PSOE y Sumar, aliados en el Gobierno central, han transformado el modelo autonómico en un sistema de subasta plurinacional en el que compran los apoyos necesarios para seguir en la Moncloa. Deterioran así el principio de igualdad de los españoles y estimulan los nacionalismos a costa de los partidos constitucionalistas.