Por
  • Agustín Gimeno Villarig

Pensionistas sin más

Pensionista revisando su junilación.
Pensionistas sin más
Robert Kneschke, vía: Canva.com

Fuimos muchos los trabajadores de los sectores públicos y privados (comercio, construcción, banca, funcionariado y servicios en general) que tuvimos que crear mutualidades laborales para que en aquellos tiempos cubrieran las carencias asistenciales de la escuálida y todavía ‘bebé’ Seguridad Social. 

Eran años difíciles en los que acabábamos de salir del túnel de una posguerra y en España se empezaban a ver las primeras luces de nuevos tiempos de progreso, avance tecnológico y "modernidad de costumbres". Tiempos aquellos de los años sesenta, de afortunados pluriempleos (benditos quienes los tuvieran), domingueros del ‘seiscientos’, reuniones de vecinos para ver en blanco y negro los programas de TVE desde los estudios del Paseo de La Habana de Madrid, de los melenudos músicos ‘yeyé’…

Cobrábamos salarios muy ajustaditos y para asegurarnos una futura pensión y algunas prestaciones tributábamos a aquellas mutualidades laborales creadas para fines sociales de sus afiliados. Algunas como la de Enseñanza Primaria con una excelente administración construyó un Colegio de Huérfanos para toda España, cuyo magnífico edificio pasó después a manos del Estado y hoy es parte del hospital Miguel Servet y parte el IES Miguel Catalán. Estas aportaciones que hacíamos a las mutualidades laborales de diferentes sectores no gozaban de ninguna deducción en nuestras declaraciones anuales de la renta, como sí lo hacían las cotizaciones a la Seguridad Social, injusticia que recientemente se ha tenido que resolver por la vía judicial y el Tribunal Supremo ha reconocido aquel agravio comparativo relativo a las deducciones.

Pronto va ser obligatorio realizar cualquier trámite administrativo por internet y cada vez será mayor el número de personas que tendrán muchas dificultades para hacerlo

A raíz de estas sentencias, numerosos mayores jubilados, no acostumbrados a estos trámites burocráticos, se han tenido que poner las pilas y empezar a reunir documentación para reclamar a la Agencia Tributaria las diferencias reflejadas en sus actuales pensiones derivadas de las cantidades que no se dedujeron durante los años de 1967 a 1978 (un 25%) y de las que solamente tienen derecho a las relativas a los cuatro últimos ejercicios de sus declaraciones del IRPF.

Es sorprendente la enorme falta de información, asesoramiento y ayuda con que el colectivo de jubilados mayores es tratado por organismos oficiales, bancos, etc… Ha tenido que ser el run run y el boca a boca entre amigos, colegas y conocidos el factor despertador para tantos jubilados inexpertos en temas burocráticos. Muchos, ya fallecidos no van a recurrir; otros muchos bastante tienen con poder subir las escaleras y dar gracias por ver el nuevo día y así a la ATE le va a caer otra vez la lotería por no devolver aquello a lo que tenemos derecho y que tanto nos costó lograr.

Hace ya algún tiempo, un médico jubilado valenciano, Carlos Santamaría creo que se llama, reclamó un mejor trato a los mayores por parte de los bancos y algo se consiguió. Hoy toca darle un toque de atención a los organismos públicos, sindicatos, etc… Los pensionistas merecemos más información, más atención, más ayudas en temas burocráticos y sobre todo más consideración. Creo que nos lo hemos ganado. Si cualquier ciudadano tiene algún error en su declaración anual de la renta, la Agencia Tributaria le obligará a pagar la diferencia con intereses y le impondrá una sanción. Si es Hacienda… ¿quién sanciona al sancionador?

Si hay suerte y nos devuelven lo que era nuestro y, si no estoy mal informado, se nos reconocerá un porcentaje para deducirnos en las declaraciones futuras del IRPF como resultado de esta ganada reclamación. Puesto que Hacienda tiene toda nuestra información financiera y fiscal, ¿no sería más fácil para nosotros que lo hicieran ya directamente en el borrador de nuestra declaración? Hay empresas y organismos que a los pensionistas que les requieren algún documento para poder completar la reclamación actual a la que me he referido, no solo no les facilitan información y ayuda, sino que les están poniendo trabas sin cuento. Nos sentimos simplemente maltratados y creo que no nos lo merecemos.

Pronto va ser obligatorio presentar cualquier trámite administrativo a los organismos oficiales por internet y cada vez será mayor el número de personas, no solo mayores jubilados, quienes van a tener serias dificultades para poder hacerlo ellos mismos, teniendo que recurrir a terceros o a profesionales, con el consiguiente coste económico.

Es de esperar que la Administración vea con otros ojos a esta parte tan importante de la sociedad que ya hizo sus deberes y con sus fuerzas ya bastante debilitadas todavía lucha por hacer un país mejor. 

Agustín Gimeno Villarig es licenciado en Historia y profesor

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