Ni un día sin chantaje
Junts y ERC presionan a Pedro Sánchez con la legislatura recién nacida y ante un nuevo período de sesiones en el Congreso marcado por la amnistía. El ‘número tres’ del PSOE, Santos Cerdán, se ha reunido de urgencia con Jordi Turull, que le ha insistido en que el partido de Puigdemont rechaza el decreto ‘ómnibus’ del Gobierno por «invasión de competencias», por agravar la «infrafinanciación» y por contener un artículo que paraliza la despenalización del ‘procés’ si el caso acaba ante el Tribunal de Justicia de la UE. Esquerra, por su parte, vincula las Cuentas del Estado a las catalanas. Los independentistas elevan, pues, la presión a cinco días de la votación de la primera gran medida del nuevo Gobierno en el Congreso. Está claro que no pasará ni un día en que no expriman hasta el límite el enorme poder de condicionar la vida pública española que les ha otorgado el propio presidente del Ejecutivo.
La primera gran votación del año para el Gobierno de coalición está en riesgo. Junts amenaza con tumbar los tres reales decretos que el Congreso tiene que convalidar en el pleno del próximo miércoles, el conocido como ‘ómnibus’. El rechazo del partido de Puigdemont a estos decretos supone un enorme trastorno para el Ejecutivo. En el texto ‘ómnibus’ se han recogido todos los compromisos alcanzados con Bruselas para la percepción de 10.000 millones de fondos europeos, que estarían amenazados si no se ratifica a lo largo de este mes en el Congreso. Y el anticrisis contiene la expansión de las medidas para seguir controlando la inflación, como las ayudas al transporte público o la reducción del IVA al 0% de los alimentos básicos. La premura de Junts en poner el primer palo en la rueda del Gobierno, tras haber apoyado la investidura de Sánchez, es una nueva demostración de la debilidad del presidente frente a minorías chantajistas.
