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  • Cartas al director

El voluntariado, para mejorar el mundo

Voluntariado de Plena inclusión Aragón, en la Gran Recogida 2023.
Voluntariado de Plena inclusión Aragón, en la Gran Recogida 2023.
P.I.A.

La historia del voluntariado se remonta a la Antigüedad. En las sociedades primitivas, esta actividad era asumida por la familia, el clan o la tribu. Los vínculos que unían a los individuos dentro de estos grupos sociales constituían la principal motivación de ayuda mutua. En la Edad Media, el voluntariado se desarrolló principalmente en el ámbito religioso. Las iglesias y monasterios eran las principales organizaciones que ofrecían ayuda a los necesitados. En el Renacimiento, este ejercicio comenzó a extenderse a otros ámbitos, como la educación y la salud, a través de la creación de escuelas y hospitales; la Orden de los Hermanos de la Caridad, fundada en España en el siglo XVI, se dedicaba a la atención de los enfermos y los pobres. En la Edad Moderna, se crearon organizaciones como las sociedades de socorro mutuo, que ofrecían ayuda a los trabajadores en caso de desempleo, enfermedad o accidente. En el siglo XX, nuevas organizaciones abordaron los problemas sociales y humanitarios. Cruz Roja Internacional, fundada en 1863, ayuda a las víctimas de conflictos armados y desastres naturales. En el presente siglo hay millones de personas en el mundo que se dedican al voluntariado en diferentes ámbitos. Los beneficios son muchos, tanto para los voluntarios (un pago emocional) como para las personas a las que ayudan. En España, más de 4,5 millones de personas, el 11% de la población, desempeñan estas actividades. Son casi tres puntos más que en 2022, pero con una caída del 2% entre los más jóvenes. Los voluntarios pueden mejorar sus habilidades, desarrollar su sentido de comunidad y contribuir a hacer del mundo un lugar mejor. Este ejercicio puede ser un objetivo para comenzar el nuevo año, porque a fin de cuentas somos seres sociales, a los que nos gusta relacionarnos con nuestra comunidad.

Pedro Marín Usón Zaragoza

No más guerras

La guerra está en la naturaleza humana, en la ambición de los hombres cuando invaden el terreno de otros para adquirir ganancias y conseguir reputación y gloria. Las causas que arguyen son muy diversas: expansión territorial, motivaciones religiosas, enfrentamientos culturales, disputas internas en una nación (guerra civil)… Las guerras son la victoria del egoísmo de unos pocos y la devastación de los valores más básicos de la humanidad. Lo destruyen todo, al ser humano en su totalidad en un círculo vicioso de violencia y muerte que sólo puede resolverse con diálogo y negociación. En la Primera Guerra Mundial, el 95% de los que luchaban eran militares; en la Segunda, el 50% y en las nuevas guerras que estamos viviendo el 90% son civiles. La población civil se ha transformado en objeto de guerra. Las personas desplazadas por guerras, persecución, violencia y graves crisis económicas y climáticas superan los 100 millones. Hoy aparecen nuevos conflictos, en forma de franquicias de la guerra, con mercenarios extranjeros, bandas paramilitares, mafias y grupos terroristas que utilizan el terror para obtener poder y riquezas, haciendo el trabajo sucio a determinados estados. No hay guerras justas, por mas que Barack Obama dijera, al recibir el Nobel de la Paz, que hay momentos en los que el uso de la fuerza es necesario frente al mal. ¡Nunca hay justificación para una guerra! Debemos evitar las grandes desigualdades sociales, pues cuando las poblaciones se ven privadas de sus derechos más elementales se sienten tentadas a usar la fuerza. No debemos ser indiferentes, sino contribuir a trabajar por la paz. Hay que posicionarse en contra de cualquier guerra. A buen seguro que si hubiera más mujeres gobernando no consentirían tanta crueldad y tantas guerras y nos ayudarían a ser mejores actores en el escenario de la vida.

José Luis Romanos Marfil Zaragoza

Regalos prácticos

En estas fechas tan entrañables son muy frecuentes los regalos entre familiares y amigos. Ahora bien, como el arte de acertar, o de dar en el clavo, ni se aprende en la escuela ni se vende en ninguna tienda, y como el dinero del que disponemos no suele ser precisamente infinito, viene muy bien tratar de mantener ese delicado equilibrio en el que lo ofrecido a otros sea de su agrado y, al mismo tiempo, no se salga de nuestro presupuesto. Por eso, si se trata de personas próximas cuyos gustos y necesidades conocemos, lo más recomendable es aplicarnos a la caza y captura de los regalos prácticos. Y hay un amplio abanico de posibilidades, desde los numerosos juguetes para los niños, al moderno material deportivo para adolescentes, además de la legión de aficionados que hay al mundo de la jardinería, al del vino, al de la tecnología... y ¡ojo!, el del regalo infalible en cualquier franja de edad: los libros. Dicho queda.

Casilda Sánchez Calderón Zaragoza

Sobre fósiles y maravillas

Ver: reconocer con cuidado y atención una cosa. Mirar: fijar la vista en un objeto. Observar: darse cuenta de algo. Ojear: dirigir la mirada con atención hacia algún sitio. Advertir, observar, vigilar, divisar, contemplar, distinguir, otear, percibir, notar, espiar, descubrir, revisar, acechar, atender, curiosear, avistar… Como se puede ver, existen muchas formas de mirar. Casi todo el mundo tiene dos ojos. Aunque no en todo momento ponemos el mismo empeño. Depende de la atención que ponemos y de nuestros conocimientos. En el supuesto de que se sienta pasión por la montaña, un biólogo no ve lo mismo que un geólogo, que un poeta, que un taxidermista, etc. Y no a todas horas tenemos la misma predisposición, porque nos afectan el cansancio, el abstraimiento, las distracciones, etc. Hablando con un pastor de Obón (Teruel), aficionado a la paleontología, me dijo que para ver fósiles en la montaña hay que educar los ojos. Por eso pienso que, tanto fósiles como en la vida, para ver las maravillas que pasan delante de nuestra cara hay que estar atento a dónde ponemos los ojos. Porque la vida es un regalo maravilloso. ¡Feliz Año Nuevo!

Venancio Rodríguez Sanz Zaragoza

Ayudemos a nuestra Policía

Es mucho lo que la Policía tiene que vigilar, controlar y ayudar todos los días en nuestra querida Zaragoza: circulación, robos, violaciones, peleas, etc. ¡Qué sería una huelga solamente de una semana de nuestras policías nacional y local! Sin embargo, ahí los tenemos todos los días y noches protegiendo la ciudad y a los ciudadanos. Tenemos que ser respetuosos con ellos y el gobierno y nuestro Ayuntamiento tienen que valorar si sus sueldos están a la altura de lo que arriesgan. Yo creo que no. Y tienen que invertir en la protección personal, los vehículos y los trajes adecuados. Y termino con una frase del filósofo griego Platón: "La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo".

Enrique Gimeno Clerencia Zaragoza

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