Esperpentos

Pedro Sánchez y Francina Armengol.
Pedro Sánchez y Francina Armengol
Agencia EFE

Sé perfectamente que en estos momentos, la opinión pública (poco), la publicada (a veces) y, sobre todo, la vertida por diversos canales españoles de televisión parece predominantemente republicana. Pero, mira por dónde, tenemos un Rey (Felipe VI) que cumple con la Constitución impecablemente. 

Y esa Constitución dice en su artículo 1 de su Título Preliminar que "la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria". Así pues, parece que momentos tan solemnes como la inauguración de la legislatura deberían reflejar el respeto a la Constitución que nos hemos dado entre todos, incluido el respeto a la monarquía que aparece en la Carta Magna.

Los actos institucionales, además de ser necesarios como cualquier otro rito, son un regalo para un observador avezado, pues allí se esconde la verdad de lo que piensan todas y cada una de las autoridades de España. ¡Y se ven unas cosas! En cualquier país europeo –sea monárquico o republicano– se observan escrupulosamente las normas del protocolo. Aquí, queremos ser tan iconoclastas (en sentido muy amplio), tan de andar en zapatillas por nuestra casa en los fastos, que llegamos al esperpento en el sentido del género literario de Valle-Inclán, exagerándolo todo para hacerlo más evidente.

La presidenta del Congreso de los Diputados Francina Armengol se movía por el estrado del hemiciclo como un pato en un garaje, dando la espalda al mismo monarca. Pienso que no hacía falta tal ostentación de grosería para demostrar su republicanismo. Incluso es muy posible que no se diera cuenta, pero en cualquier país del mundo hay una consideración al Jefe del Estado, porque es de todos, y se le tiene el respeto debido. Justamente el que no se presenció en el besamanos de todas las autoridades. Los ‘saludos’ a la Familia Real fueron propios de los Hermanos Marx. Para empezar, como todo el mundo debe ser republicano, pues un saludo de tú a tú y bien erguidos. Un par de reverencias entre las mujeres, de las de antes, con rodilla flexionada (Esperanza Aguirre). Entre los hombres, solo ocho cabezadas bien dadas, entre ellas, la del ministro socialista Luis Planas y la del catalán Miquel Roca Junyent. Y las patéticas reverencias ‘que no se note demasiado’. Pues anda que cuando todos dejaron solo al Rey mientras firmaba como padre de su heredera Leonor. Tanto que tuvo que llamarles (con regia discreción) cuando ésta firmaba.

Y la damnificada futbolista Jennifer Hermoso, llamada para presentar las campanadas de Año Nuevo.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Luis Mateos)

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